El año nuevo ha traído a los españoles subidas en el precio de la luz, el teléfono, el gas, los sellos y el transporte. El Gobierno quita hierro a este encarecimiento señalando que el mercado de la electricidad se ha liberalizado y que las operadoras telefónicas presentarán nuevas ofertas, pero la oposición le acusa de enmascarar "un nuevo impuesto" bajo estos incrementos.
La amenaza terrorista, los escándalos contables y la crisis económica han empujado a grandes pérdidas dentro del mercado bursátil. En España se ha vuelto a cerrar en negativo el año y el resto de las plazas europeas siguieron también un ritmo de pérdidas, así como el Nikkei japonés y el Dow Jones norteamericano.
El pacto entre Gobierno, patronal y sindicatos se centrará en poner remedio a la alta siniestralidad laboral que padece España. La labor formativa y preventiva de las empresas jugará un papel crucial, pero también la punitiva. Cuantos más accidentes laborales padezca una empresa, mayor será la cantidad de dinero que ésta tenga que destinar a fines sociales.
El balance negativo se produce a pesar de que en diciembre las ventas se recuperaron un siete por ciento. La cifra de turismos vendidos durante el 2002 es la más baja desde hace cuatro años.
En Venezuela la extracción y el refino del petróleo llevan prácticamente 25 días paralizados, además la sombra de la guerra ronda cada vez más cerca de uno de los principales países productores de crudo, Irak.