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Premio Literario

La 62ª edición del Premio Nadal galardona a Eduardo Lago

Por Alba R. SantosTiempo de lectura2 min
Cultura06-01-2006

Todas las estadísticas apuntaban a que la vencedora sería también este año una novela policíaca. Se hablaba de la calidad de las historias criminales y de las históricas.... sin embargo, el Premio que convoca cada año la editorial Destino y que tiene un valor económico de 18.000 euros ha sido en el 2006 para Llámame Brooklyn, la vida de un periodista de Nueva York que recibe la noticia de que su amigo Gal Ackerman ha muerto.

El suceso le llevará a cumplir un pacto de antaño. Se trata de recuperar de entre los centenares de cuadernos abandonados por Ackerman en un motel de Brooklyn una novela sin final y buscar a una mujer rusa, Nadia Orlov, para entregársela. Pese a que la novela tiene algunas similitudes con las vivencias vitales de Lago no se trata de una historia autobiográfica: "como escritor estoy en el punto de convergencia entre la tradición realista española y experimentalista estadounidente". Dice de su obra que tiene una estructura muy trabajada y que es, en definitiva, "una constelación de historias que convergen: una historia de amor, amistad y soledad, así como un canto al misterio y al poder de la palabra escrita". Una conjunción de temas y formas que le ha llevado a colgar de su pared uno de los premios más reconocidos del país. Hasta el pasado viernes, Eduardo Lago, profesor de literatura en Estados Unidos era casi un desconocido en el panorama cultural español. Con las ideas claras y una vocación definida, el escritor decía a los medios poco después de haber recibido el premio que "la mayoría de los escritores latinos están aquejados de una enfermedad muy grave: la necesidad del mercado, que les ha convertido en un producto de márketing". Se trataba de la 62ª edición de uno de los premios que más interés y participación despierta en España, y que contó finalmente con 290 obras procedentes de varios rincones del mundo. Más de seiscientos representantes de la sociedad política, cultural y civil del país se daban cita en la sala de Barcelona en una jornada con sabor a fin de fiestas y en la que la literatura es la principal homenajeada. Novelas llegadas desde Argentina, Estados Unidos, Brasil, Alemania, Francia, México, Marruecos, Uruguay, Cuba, Colombia, Bélgica, Austria, Ecuador, Venezuela participaron en esta edición, aunque un año más las novelas madrileñas (79) y catalanas (45) fueron las más numerosas. La decisión corrió este año a cargo de Germán Gullón, Antonio Soler, Andrés Trapiello, Antonio Vilanova, Pedro Zarraluki, Lorenzo Silva y Joaquim Pala; un jurado muy vinculado al mundo de la literatura y que eligió como finalista para este 2006 a la también profesora de literatura y escritora Marta Sanz (Madrid, 1967)con Susana y los viejos, en la que retorna una vez más a uno de sus temas literarios recurrentes: la familia. El Premio Nadal se otorgó por primera vez en 1944 a Nada, de Carmen Laforet, un clásico de la narrativa española del siglo XX. Desde ese momento, el galardón se ha consolidado como uno de los premios más prestigiosos de la literatura castellana otorgándolo a escritores como Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Francisco Umbral o otros más recientes como Angela Vallvey, Pedro Zarraluki o Andrés Trapiello. Toda una larga lista de nombres cumbres para la historia de la escritura mundial al que esta año se ha sumado Eduardo Lago.