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ISRAEL

Kadima, el partido fundado por Sharon, pierde a su líder

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional08-01-2006

El centrismo israelí se enfrenta a una situación difícil. Kadima, el partido de centro creado por Sharon, se encuentra sin una lista de candidatos para las elecciones legislativas del 28 de marzo y tampoco tiene una estructura ni mecanismos políticos para sustituir al líder que fundó el partido en noviembre.

“Sharon es Kadima y Kadima es Sharon”, es la fórmula que mejor describe la dependencia que presenta el nuevo partido político de su fundador. Esta expresión, del diario israelí Maariv, se ha repetido durante el fin de la semana pasada en boca de los analistas políticos israelíes e internacionales. Sin embargo, resulta imposible pensar que quienes ayudaron a Sharon a fundar Kadima vayan tirar la toalla en plena campaña electoral. Todas esas personalidades políticas, situadas a la izquierda pero sobre todo a la derecha del panorama político de Israel, saben que el partido que los unió está bien posicionado según las encuestas de intención de voto. Al mismo tiempo, como aseguraba en una de sus crónicas de la semana pasada Steven Erlanger, reportero de The New York Times en Jerusalén, como consecuencia del shock que supone para la sociedad israelí la salida del escenario político de Sharon “pocos analistas hacen caso a los resultados de las encuestas”. La fuerza con la que irrumpió Kadima en la política israelí se podría ver mermada por el choque de los intereses de quienes figuran en las filas del partido, en especial los del actual primer ministro en funciones y delfín de Sharon, Ehud Olmert; los del que fuera primer ministro laborista durante dos legislaturas, Simón Peres; los no menores del actual ministro de Defensa, Saúl Mofaz; y los de Tzipi Livni, quien ocupa la Cartera de Justicia en la actualidad. De todos ellos, y sólo tras severas críticas que le tachaban de oportunista, Peres es el único que aseguró la semana pasada que prestará a Olmert toda la ayuda que necesite. Por eso, dotarse de un líder es el desafío al que se enfrenta Kadima. Un trabajo que ya han realizado tanto Likud -partido nacionalista liderado por Benjamín Netanyahu- como el Partido Laborista, dirigido por Amir Peretz. Aunque estos dos partidos están debilitados por los abandonos de quienes se fueron a Kadima, ambos podrían ganar una considerable intención de voto hasta que en Kadima no se cierren filas definitivamente en torno a Olmert. El analista político del diario israelí Haaretz, Yossi Verter, aconsejaba en el último de sus artículos de la semana pasada que Olmert debería plantear a sus consejeros ahora lo que en su día les preguntó a los suyos Sharon: “¿Qué tengo que hacer para que todo el mundo me quiera?”.