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Otra vez, elecciones

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España05-06-2004

Fueron primero las elecciones municipales y autonómicas en mayo de 2003 con el correspondiente lío de la Asamblea de Madrid. A principios de otoño, la Comunidad de Madrid volvía a las urnas en busca de presidente autonómico en unas elecciones en las que los socialistas pagaron caro el tamayazo. Después, las catalanas y el triunfo del tripartito, también con lío, esta vez el de Carod. Por fin, marzo: elecciones generales y andaluzas. Victoria socialista en ambos casos. Objetivo del nuevo Gobierno: fechar las elecciones europeas.

13 de junio, otra vez campaña, encuestas y sobres y urnas y papeletas. En apenas un año, seis comicios distintos. No hay más siglas y letras posibles: 25-M, 26-O, 16-N, 14-M y 13-J. Un año entero de precampañas, campañas y “postcampañas”. El PP arrancó fuerte en mayo, Gallardón y Aguirre salen victoriosos. El slogan del éxito: “Por las personas, por ti”. Trini y Simancas no convencen. Los socialistas sí consiguen, sin embargo, “el cambio para Cataluña” que rezaban los carteles de Maragall. Piqué se queda en el camino. En marzo, el “ZP” del PSOE se impone al “Juntos vamos a más” de Mariano Rajoy, y Chaves arrasa en Andalucía donde no cuaja el “Más y mejor” de Teófila Martinez. Para Europa, otras dos versiones y otras dos caras. Mayor Oreja y su “Contigo fuertes en Europa” y Borrell con tres pegatinas puestas: “España loves Europa” ó “Nos gusta Europa” ó “Volvemos a Europa” que rápidamente suscita la pregunta: ¿Es que España se ha ido de Europa?-. Habrá que esperar al 13-J para conocer la frase ganadora. La historia, como en cada uno de los comicios, se repite: promesas electorales y encuestas se solapan día a día en los medios de comunicación. Los candidatos hacen maleta para 15 días y recorren España. Zapatero y Rajoy se acercan de vez en cuando. Para los populares es la primera campaña sin Aznar, que sí estuvo en marzo. Mayor Oreja arranca en las ciudades que le son favorables donde consigue un lleno absoluto y sorprendente después de la derrota de las generales. Los socialistas prefieren el petit comité, los sitios más pequeños y con menos gente. Sea donde fuere, el discurso es el mismo. Otra vez hay banderas y botes con “b” de los candidatos a cambio de votos con “v” y besos y fotos e himnos a saturados de kilowatios. En esta ocasión, también hay debates. El mensaje no cambia. Los populares quieren recuperar la confianza de los españoles que perdieron el 14-M, apuestan por una Europa más segura, más democrática, más integradora y de profundos valores. Los socialistas pretenden demostrar que el resultado del 14-M fue un triunfo de la izquierda. Borrell se empeña en revalidar la mayoría del 14-M en el Parlamento europeo y acusa al PP de arrodillarse ante Bush. Gaspar Llamazares pide el voto para su número uno, Willy Meyer. Dice el coordinador general de IU que esta vez no vale el “voto útil” ni las “transfusiones”. El resto de candidatos agrupa un sin fin de nombres, de coaliciones y de ideas, que caminan desde la Europa de los pueblos y las naciones hasta la Coalición Europea, pasando por Galeusca. Queda una semana de campaña. Recta final y el próximo domingo, sobre en mano, a buscar en la lista del censo, depositar la papeleta y esperar a los primeros sondeos, los primeros resultados, los primeros y últimos porcentajes escrutados, las primeras declaraciones ... El próximo domingo, más análisis políticos, más tablas con índices de participación y más quesos repartiendo los asientos, esta vez, de Bruselas. El próximo domingo son las últimas.