FÚTBOL
Los estadios, preparados para acoger la fiesta
Por Alejandro Pita2 min
Deportes06-06-2004
Cualquier evento que se precie, como la Eurocopa, debe tener unas infraestructuras adecuadas. No habrá problemas de ultima hora: todos los estadios han sido inaugurados y probados con éxito. Portugal se ha volcado en los últimos años con la construcción de diez espectaculares estadios, que se integran en las ciudades y paisajes del país. Es la oportunidad esperada para abrirse a Europa.
Faro ha preparado un maravilloso escenario para el debú español. Junto con el municipio de Loulê ha construido un estadio para 30.000 espectadores. Sin problemas de comunicaciones, próximo a Andalucía, con sus estrechas calles y sus casas blancas, el Algarve no tiene nada que envidiar a las costas del Mediterráneo español. El siguiente destino de la selección será Oporto, la segunda ciudad más importante de Portugal: allí jugarán en el estadio Do Bessa –sede del Boavista–, también con capacidad para 30.000 aficionados. Quienes visiten Oporto no tendrán problemas para llegar y de alojamiento, ya que se trata de la segunda ciudad más importante de Portugal. Los vinos de la región del Duero y la visita al mercado de Ferreira Borges son algunos de los reclamos turísticos: también en Oporto se sitúa el estadio do Dragão, sede del flamante campeón de Europa, con una capacidad de 52.000 espectadores. Los de Iñaki Sáez visitan Lisboa para enfrentarse al anfitrión. La ciudad de las siete colinas, con su hermosura y la modernidad que comenzó con la Expo de 1998, también tendrá dos sedes que heredarán los dos grandes clubes de la ciudad, el José Alvalade –donde juega el Sporting y España terminará la primera fase– y da Luz –sede del Benfica y de la final de la Eurocopa–, con capacidad para 52.000 y 65.000 personas, respectivamente. Pero en ciudades más modestas, como Aveiro, Braga, Guimarães, Leiria y Coimbra –todas ellas en el interior de Portugal–, el encanto rural del Portugal y la historia de sus orígenes, salpicada con rasgos romanos y celtas, convivirá con estadios coquetos como el de Braga, con sólo dos gradas; ninguno de ellos presume de una gran capacidad, 30.000 espectadores, sino de integrarse en sus entornos y ser funcionales una vez terminada la Eurocopa. Sin embargo, las distancias por carretera y –sobre todo– con respecto a los aeropuertos no siempre serán las mínimas posibles. Un pequeño lunar para una competición que se antoja bien organizada, pero sobre todo, apasionante.