La revitalización que garantiza la permanencia del Pacto disgusta al nacionalismo
Por Amalia Casado
3 min
España12-05-2004
PSOE y PP aceptaron disculpas, pasaron página y vuelven a sellar la unidad contra el terrorismo en el marco del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Por primera vez, la comisión de seguimiento de este pacto ha estado presidida por el presidente del Gobierno. Su presencia, así como la decisión de reunirse dos veces al año y cada vez que una de las partes lo solicite y haya acuerdo son compromisos que refuerzan la permanencia del Pacto, cuya revitalización no ha gustado en el ámbito nacionalista ni al Gobierno vasco.
Era una decisión personal de José Luis Rodríguez Zapatero asistir a la comisión de seguimiento del Pacto contra el terrorismo. El objetivo: garantizar como presidente del Gobierno la continuidad de éste. También el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, que ha anunciado una oposición "con buen talante, mucho diálogo, inteligente y divertida", aceptó las disculpas del ministro del Interior, José Antonio Alonso, por las declaraciones vertidas acerca de la posible responsabilidad del Gobierno por “imprevisión política” en los atentados del 11 M. Así pues, la lucha contra el terrorismo tiene garantizada la unidad de acción de los dos principales partidos y del Gobierno, que se han comprometido a reunirse como mínimo dos veces al año, así como cada vez que una de las partes integrantes del Pacto lo solicite. PP y PSOE garantizarán que, aquellas medidas que se acuerden en el seno del Pacto sean aprobadas con el mayor apoyo posible en el Congreso siempre que necesiten tramitación parlamentaria,. El trabajo inmediato que se dispone a abordar la Comisión del pacto quedó esbozado en este primer encuentro aunque no se profundizó en ello, y algunas intenciones han sido recibidas con poco entusiasmo en el mundo nacionalista. En primer lugar, la comisión estudiará las medidas que el ministerio del Interior está preparando para combatir el terrorismo islamista –o terrorismo internacional, como prefiere llamarlo José Luis Rodríguez Zapatero en su afán por ser políticamente correcto-. Las líneas de trabajo iniciales a este respecto propuestas por el ministro de Interior semanas antes de celebrarse el Pacto no tuvieron buena acogida y generaron conflictos al pretender el ministro que la lucha contra el terrorismo islamista se inicie controlando las predicaciones de los imanes en las mezquitas “o en cualquier otro lugar de culto”. El propio Partido Popular, en boca de su secretario general adjunto, Ángel Acebes, consideró que las medidas que Alonso proponía significaban una “censura previa”. En cualquier caso, el presidente del PP, Mariano Rajoy, aclaró que durante la reunión del Pacto no se había "entrado en el análisis de las medidas que hay que adoptar para ser más eficaces", ni se habían planteado nuevas iniciativas contra el terrorismo islámico. El segundo tema de trabajo fue la candidatura de Herritarren Zerrenda (HZ) a las elecciones generales. Mariano Rajoy manifestó al final de la reunión su satisfacción por el acuerdo de fondo que PP y PSOE comparten en esta cuestión, es decir: comparten que Batasuna no puede presentarse a las elecciones bajo otro nombre, porque es una organización terrorista ilegalizada presente en las listas de organizaciones terroristas de la UE y Estados Unidos. Rajoy aseguró que si la Junta Electoral Central autorizaba la candidatura de HZ, el PP interpondría un recurso, igual que el PSOE, aunque no especificó si el recurso se interpondría de forma separada o conjunta. De hecho, el Gobierno y el Fiscal general del Estado ya han anunciado que iniciarán los trámites para impugnar la candidatura ante el Tribunal Supremo al amparo de la Ley de Partidos Políticos. Desde el Gobierno vasco, la revitalización del Pacto y la intención de investigar la candidatura de HZ se califica como un regreso al pasado. La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azcarate, declaraba que a pesar de que “los talantes son otros”, “los hechos no acompañan a las palabras” y “el clima no ha cambiado”. Zapatero anunció en su discurso de investidura que el pacto “seguía vigente” pero que era necesario “ampliar la base del acuerdo democrático contra el terrorismo” a otras fuerzas políticas, lo que los nacionalistas interpretaron como un guante al aire, pero que no ven materializado en la ratificación del contenido del actual Pacto Antiterrorista.