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TERRORISMO

Unos 200 muertos y casi 1.500 heridos en los atentados de Madrid

Fotografía
Por Sandra CarreteroTiempo de lectura2 min
Sociedad13-03-2004

El 11 de marzo a las 7:40 de la mañana Madrid explotó. Tres individuos decidieron sembrar el terror entre los madrileños y colocaron trece mochilas bomba en los trenes de Cercanías de RENFE en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y el Pozo del Tío Raimundo. El resultado, 200 muertos y alrededor de 1.500 heridos. El objetivo de estos terroristas, asesinar a trabajadores, estudiantes, niños, hombres y mujeres, entre ellas tres embarazadas.

A los pocos minutos de ocurrir la masacre llegaba la policía, los bomberos y los servicios sanitarios. Ellos solos no daban abasto para poder ayudar a la multitud de heridos que necesitaban ser rescatados. Los propios pasajerosque iban en esos trenes se dispusieron a ayudar a los más afectados, pero se necesitaban más manos y los ciudadanos respondieron. Vecinos de la zona se acercaron hasta los trenes para colaborar bajo las órdenes de bomberos y personal sanitario para la evacuación del lugar. Las ambulancias que conseguían llegar hasta allí no eran suficientes y hasta las de Castilla La Mancha se solidarizaron con el pueblo de Madrid para ayudar a las miles de víctimas, pero hacía falta más vehículos para trasladar a los heridos. Por eso, los particulares que pasaban por las zonas con sus vehículos, los taxistas, los furgones de la policía, los autobuses de la E.M.T, cualquier medio de transporte era bueno para conseguir llevar a los heridos hasta los hospitales de todo Madrid como el 12 de Octubre, el Gregorio Marañón, La Paz, el Gómez Ulla, el hospital de La Princesa, el de Móstoles o el de Puerta de Hierro, entre otros. En estos centros, los pacientes recibieron la ayuda médica necesaria para intentar salvar sus vidas. Algunos, como el 12 de Octubre, llegaron a recibir más de 200 heridos en una hora que necesitaban ser urgentemente atendidos por todo el personal sanitario disponible, hasta por aquellos que no estaban en su turno de trabajo, que echaron el resto para intentar salvar a las víctimas que requerían sus cuidados. Entre los heridos no sólo hay españoles, los atentados han truncado la vida de personas de 12 nacionalidades diferentes. El Gobierno ha declarado que dará la nacionalidad a las víctimas y familiares que estén en situación irregular. Por otro lado, el presidente del Ejecutivo, José María Aznar anunció que se destinarán 140 millones de euros del Fondo Nacional de Contingencia para las víctimas y familiares. Para los que no tuvieron suerte y perdieron la vida en los atentados hubo que habilitar el pabellón número seis de IFEMA, donde se trasladaron los cuerpos para su posterior identificación. Algunos habrá que reconocerlos mediante pruebas de ADN o análisis dentales para poder dar con sus identidades. El pueblo volvía a solidarizarse con los familiares de las víctimas. Los taxistas transportaban de hospital en hospital o hasta IFEMA a las familias que lo necesitaran, de manera gratuita, los hoteles de la zona daban alojamiento a las familias y facilitaban mantas o cualquier cosa que estuviera en su mano de forma altruista. Mención especial merecen los psicólogos y voluntarios que llegaron hasta IFEMA para apoyar psicológica y moralmente a los familiares de los afectados, poniéndose a sus servicio para todo aquello que necesitasen, una caricia, un beso o una palabra de aliento.