BOLIVIA
Carlos Mesa toma el relevo en la Presidencia boliviana tras la renuncia de Sánchez de Lozada
Por Vicente García Gandía2 min
Internacional19-10-2003
El ex presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, abandonó el país en helicóptero con destino a Estados Unidos.
Fue el viernes cuando las emisoras de radio confirmaron el anuncio que muchos bolivianos esperaban: Gonzalo Sánchez de Lozada, el presidente de la Republica, abandonaba el poder y tras de sí dejaba un reguero de cerca de 120 muertes como resultado de la única respuesta que ha sabido dar a las reivindicaciones sociales. La última de estas protestas comenzaba el pasado 15 de septiembre cuando un grupo de campesinos de la zona del lago Titicaca encendía la mecha de lo que hoy hace que Bolivia sufra una de las mayores crisis de su historia. Comenzaban ese 15 de septiembre los primeros bloqueos de carreteras en contra de la exportación de gas natural a EE.UU., que han supuesto la caída definitiva de un presidente que, imitando a Fujimori, huyó en helicóptero pero que habrá de responder a las demandas del Congreso de la Republica, si este decide que es finalmente responsable de las muertes que han tenido lugar durante los 14 meses que ha estado en el poder. Ahora, Carlos Mesa, un periodista e historiador de 50 años, se enfrenta al reto de reconstruir la unidad nacional del pueblo boliviano y a la convocatoria de un referéndum vinculante sobre la política que se debe tomar para la venta de gas a EE.UU. Han sido precisamente las diferencias respecto a este asunto las que han provocado el debacle social que vive Bolivia y Mesa reconoce que tripula una nave que corre el riesgo de "naufragio total". "En un momento tan complicado como el que está viviendo el país no es tan fácil convencer a las personas que tienen responsabilidades asumidas, que les va bien y son exitosas, a entrar en un Gobierno con el tamaño de los desafíos actuales", señalaba el nuevo presidente el pasado domingo al periódico El Diario. Carlos Mesa debe ofrecer ahora las garantías sociales suficientes y en uno de sus primeros discursos el pasado fin de semana aseguraba: "Ni estoy con la filosofía de que la razón de Estado justifica la muerte. Ni estoy con la filosofía de los instrumentos y las banderas radicales que dicen que ha llegado el momento de destruirlo todo para construir una utopía que nadie sabe donde va ni que quiere". Habrá que esperar para ver cómo afronta las demandas de las principales organizaciones de La Paz y El Alto, escenario de los últimos episodios sangrientos que ha sufrido el país. Allí, todos se oponen a la venta de gas a EE.UU. y México en las condiciones propuestas por el ex presidente Lozada y que dejan que el negocio lo administren petroleras extranjeras y solo el 18 por ciento de las utilidades de la exportación sea para las arcas nacionales.