RELIGIÓN
Juan Pablo II celebra 25 años en el pontificado
Por Sandra Carretero2 min
Sociedad16-10-2003
"Conociendo mi fragilidad humana, Dios me da fuerzas para responder con fe y me invita a asumir las responsabilidades que Él mismo me ha confiado", fueron las palabras más emotivas que dijo el Papa en la misa de celebración de sus 25 años en el pontificado. El lugar escogido fue la plaza de San Pedro; la hora, la misma en la que fue presentado a los fieles católicos hace 25 años.
El lugar estaba repleto con más de 50.000 personas, 149 cardenales, decenas de obispos procedentes de todo el mundo y delegaciones de 20 países. La emoción que sentían los feligreses se palpaba en el ambiente, era un día para recordar. Por la mañana, con un buen estado de salud y lleno de alegría, Juan Pablo II comenzaba la celebración de sus 25 años como pontífice firmando en el Vaticano la exhortación apostólica Pastores Gregis. Como en las mejores ocasiones, el Aula Pablo VI del Vaticano se vistió de gala para que el Pontífice firmase ante las miles de personas allí congregadas. Las celebraciones del aniversario continuaron hasta el domingo con la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, una mujer muy admirada por el Papa y considerada por él como un modelo para la humanidad. Las festividades alcanzarán su cima el 21 de octubre cuando el Papa eleve a 31 prelados al Colegio de Cardenales, la entidad que elegirá a su sucesor tras su muerte. Tanta expectación era de esperar, ya que el Papa, Juan Pablo II, es una de las personas más queridas que ha pasado por la Iglesia. No ha estado indiferente a ningún tema que haya ocurrido en el mundo. "Creo que pasará (a la historia) como Juan Pablo el Grande", dijo el cardenal estadounidense Theodore McCarrick. Karol Wojtyla es el primer Papa polaco, el primero en visitar una mezquita y una sinagoga, gran defensor de la unidad de los cristianos, es el Papa viajero que lleva en sus huesos más de 1,25 millones de kilómetros en unos 130 países. En la escena mundial, el Papa ha sido al mismo tiempo un defensor de los oprimidos y, a menudo, de la ortodoxia dentro de su propia Iglesia Católica Romana. Participó activamente en la caída del régimen comunista, más tarde logró otro de sus sueños: visitó Tierra Santa en marzo del 2000 y pidió perdón en el Muro de los Lamentos de Jerusalén por los pecados católicos contra los judíos en la Historia. Quizá lo más debatido en las opiniones del Papa que a sus 83 años y con un delicado estado de salud se siente joven, sean sus batallas contra el aborto, los métodos artificiales anticonceptivos, el sexo prematrimonial, el divorcio, la homosexualidad y la ruptura de los valores de la familia.