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FÚTBOL

Europa se rinde al modelo de gestión del Sevilla

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes10-05-2006

En apenas cuatro años el Sevilla ha sufrido una enorme transformación. En lo deportivo, el equipo ha pasado de ascender de la Segunda División a convertirse en campeón de la UEFA, y en el aspecto económico ha transitado de la deuda a la liquidez. Este cúmulo de éxitos tiene dos protagonistas esenciales: el presidente, José María del Nido, y el director deportivo, Ramón Rodríguez, Monchi. Entrambos, y con la complicidad de los entrenadores Joaquín Caparrós y Juande Ramos, han impuesto en el club del Nervión un modelo que no deja de recibir halagos.

Cuando Del Nido llegó a la presidencia, en 2002, se topó con un equipo endeudado y hundido por la gestión de la anterior directiva. Pero pronto comenzó a trabajar con dos objetivos principales en la mente: sanear las arcas y devolver al cuadro hispalense entre los mejores. Para ello, remodeló el club de arriba abajo. Del Nido dividió la sociedad sevillana en áreas, situó al frente de ellas a un jefe de su confianza y les dotó de libertad para decidir. Para el terreno deportivo fichó a Monchi, cuya gestión ha resultado impecable. La táctica que idearon para sacar adelante el club era simple: sacar jóvenes valores de la cantera y fichar jugadores baratos que se contrastaran en el Sevilla. Una de las primeras decisiones fue sentar en el banquillo a Joaquín Caparrós, que venía de dirigir al filial y dio un impulso crucial a los jugadores de la casa. La jugada no salió mal, pues las categorías inferiores brindaron talentos como José Antonio Reyes, Sergio Ramos y Jesús Navas, entre otros muchos. En tanto, llegaron futbolistas tapados que, al darles un entorno propicio, terminaron de explotar. Tal es el caso de los brasileños Julio Baptista y Daniel Alves, y del italiano Enzo Maresca, cedido por el Juventus de Turín. Así, en poco tiempo, los objetivos fueron cumpliéndose. La jugosa venta de Reyes al Arsenal primero, y luego las de Baptista y Sergio Ramos al Madrid, aportaron unos ingresos en torno a los 70 millones de euros, que sirvieron para dar carpetazo a un déficit cercano a los 40 millones y que las cuentas volviesen a mostrar superávit. Además, deportivamente. la labor de Caparrós fue ejemplar, al dotar al equipo de un orden táctico y una mentalidad de trabajo que les hizo ascender como la espuma. Los aficionados también se ilusionaron y se volcaron con el proyecto, aunque en el verano de 2005 algunos volvieron a asomar críticas. La marcha del técnico y de los jugadores más cotizados, Baptista y Ramos, unida a la llegada de un ex entrenador del eterno rival verdiblanco, Ramos, propiciaron un ambiente de cierto desencanto al inicio de la temporada. Sin embargo, el club no varió su buen rumbo. De nuevo conformó un bloque homogéneo, con fichajes como los de los brasileños Adriano Correia y Luis Fabiano Clemente, el argentino Javier Saviola y el propio Marescas. Además, el míster supo dotar al equipo de los elementos necesarios para volver por la senda del triunfo. Al igual que su antecesor, Ramos estableció un trabajo sicológico determinante. Juande mantuvo un orden y una disciplina intachables, aunque basado siempre en la complicidad con los jugadores. Todos se sentían atendidos, conversaba con todos, y esto repercutió en que cada jugador tuviese clara su labor. La elección de Juande para ocupar el banco suponía, además, la continuidad en la concepción del juego, merced a su fútbol práctico y de sacrificio. Con estos mimbres, el Sevilla ha confeccionado un equipo de nuevo ganador. De hecho, los nervionenses llevaban sin alcanzar una final desde la Copa del Generalísimo de 1962, cuando cayeron contra el Real Madrid. Ahora, pese al éxito obtenido, los quehaceres continúan; Del Nido y Monchi –tras unos meses difíciles en los que estuvo a punto de abandonar el club–, junto con el técnico, ya están trabajando en la próxima temporada. En ella se juegan, según acabe la Liga, defender su título en la UEFA o dar, por fin, el salto de calidad definitivo y disputar la Liga de Campeones por primera vez en su historia. Pero pase lo que pase, el Sevilla volverá a estar entre los grandes de Europa.