CHILE
La socialista Bachelet debe defender su mayoría electoral en segunda vuelta
Por Berta Pardal
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Internacional14-12-2005
La candidata oficialista y favorita Michelle Bachelet lideró las elecciones presidenciales del 11 de diciembre en Chile. Al no alcanzar la mayoría absoluta, se medirá en una segunda vuelta, el 15 de enero, con el empresario Sebastián Piñera.
En Chile, para que un candidato resulte electo automáticamente como presidente debe obtener más del 50 por ciento de los votos. De lo contrario, debe ir a una segunda vuelta con el postulante que le siga en votación. Este es el motivo por el que ahora los candidatos chilenos deben enfrentarse a otra carrera por la Presidencia. Bachelet obtuvo un 45,87 por ciento de las preferencias, mientras que Sebastián Piñera logró un 25,48 por ciento en elecciones. Bachelet está así a las puertas de convertirse en la primera mujer en el máximo cargo en Chile. La obligación de realizar una nueva elección entre Bachelet y Piñera empuja a buscar nuevos aliados para asegurar el triunfo. El Partido Comunista exigió la pasada semana a Bachelet el fin del sistema electoral binominal, el aumento de un 100 por ciento de las pensiones asistenciales, la creación de un plan de obras públicas para combatir el desempleo, el rechazo a un proyecto minero en el norte de Chile y la garantía de verdad y justicia plena en materia de violaciones de los Derechos Humanos. Parte de las encuestas han pronosticado un triunfo de Bachelet en segunda vuelta apoyado en los votos de la izquierda extraparlamentaria, que en la primera vuelta presidencial estuvieron representados por el candidato Tomas Hirsch. En los comicios legislativos, simultáneos a los presidenciales, están en disputa 20 de los 38 cargos de senadores, para lo cual compiten 64 candidatos. Corresponde igualmente renovar la totalidad de las 120 diputaciones, con 400 aspirantes a través de 60 distritos en todo este país de 15,6 millones de habitantes. En virtud de las reformas constitucionales que el presidente Ricardo Lagos promulgó en septiembre, el Poder Legislativo que se instalará en marzo de 2006, cuando jure la nueva presidenta o presidente, ya no contará con senadores escogidos al margen del voto popular.