SIN CONCESIONES
No me gusta Gallardón
Por Pablo A. Iglesias2 min
Opinión06-06-2004
Gallardón... Gallardón... Gallardón... Tanto hablar del alcalde de Madrid van a pensar que soy miembro de su club de fans. Y no es así. Lo cierto es que no me gusta Gallardón. El gran Alberto es un político de incalculable valor que deja mucho que desear en las distancias cortas. Si hay un calificativo que le define, ese sería sin duda "encantador de serpientes". Es apuesto, cuida su imagen, tiene buena presencia, resulta atractivo a las mujeres, posee un discurso locuaz y dispone de una facilidad de palabra que convence hasta al más progresista. Alberto Ruiz-Gallardón es el José Bono del Partido Popular. Es decir, una persona que piensa y hace lo contrario que marca la dirección nacional. Gallardón siempre ha estado tan a la izquierda del PP como Bono ha ocupado la derecha del PSOE. Si ambos intercambiaran la militancia, serían más coherentes consigo mismos y pocos se darían cuenta. Cuando el PP promete bajar los impuestos, Gallardón anuncia subidas. Su última obsesión es el tráfico. Y la mejor solución que ha encontrado es abarrotar Madrid de parquímetros. Desde el Manzanares hasta Plaza Castilla y desde Moncloa a Ventas. No existe ni una sola plaza de aparcamiento gratuito en toda la capital. Ya no es sólo el centro histórico. Los alrededores, las pedanías e incluso los suburbios de Madrid también se han visto afectados. ¡Claro! Él dispone de coche oficial y parking privado. Gallardón no tiene un pelo de tonto. Conoce muy bien sus puntos débiles y contradicciones. Por eso, le gusta camuflar sus políticas impopulares con grandes obras faraónicas como la soterración de la M-30 y los Juegos Olímpicos de 2012. Ahora ya no puede presumir de kilómetros y kilómetros de metro. El alcalde de Madrid es experto en política de imagen. Tiene un master en marketing, publicidad y venta de humo. Lo cierto es que la capital experimenta un parón preocupante en el último año. Su mirada está puesta actualmente en dos sitios: las Olimpiadas de 2012 y las elecciones generales de 2008. Quiere suceder a Mariano Rajoy y, de hecho, tiene muchas posibilidades. Es el único actualmente en el PP que puede ganar a Zapatero. Entre otras cosas, porque es igual que Zapatero. Pero que sea el único en el PP que pueda ganarle no significa que me guste. Todo lo contrario.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito