IRAQ
Rubrican la Constitución iraquí pese a las reticencias chiíes
Por Isabel A. Vega2 min
Internacional13-03-2004
Superados los primeros días de confusión tras los violentos atentados en Kerbala de la semana anterior, el lunes de la semana pasada llegó el esperado momento de la firma de la Constitución iraquí. La Ley Fundamental fue secundada por los veinticinco miembros del Ejecutivo y tiene como objetivo regir al país hasta que se celebren elecciones generales a finales del año en curso. El texto, que entrará en vigor el 30 de junio, ya ha levantado las primeras críticas entre los iraquíes, con especial virulencia en la comunidad chií.
En esta facción islámica destaca la voz del gran ayatolá Al Sistiani, que afirmó que la Ley Fundamental aprobada es un “obstáculo para una Constitución permanente”. “Esta ley pone obstáculos a una Constitución permanente en el país, encaminada a preservar su unidad y los derechos de adeptos de diferentes religiones y miembros de diferentes etnias”, publicó el líder religioso en un comunicado. Estas declaraciones están en la línea de las reservas que la comunidad chií mantuvo desde el momento en que empezó a barajarse la posibilidad de elaborar un texto constitucional provisional, y que se apoyan en la creencia de que ninguna iniciativa en este sentido es válida mientras quienes la emprendan no hayan sido elegidos democráticamente por el pueblo iraquí. Precisamente fueron las dudas de Al Sistiani respecto a algunos artículos, las que provocaron el último de los aplazamientos de la aprobación del texto. El ayatolá estaba especialmente preocupado por los artículos que otorgaban la posibilidad a los kurdos de bloquear la Constitución permanente. Sin embargo, tras una serie de consultas con otros líderes chiíes, el sábado de la semana pasada se decidió que el texto no sufriría más modificaciones, y que sería aprobado el lunes. Más radical fue la postura de otro líder chií, Moqtada Sadr, que afirmó lo siguiente: “esta ley se negoció en secreto y es un documento ilegítimo que no refleja las aspiraciones del pueblo (…) minimiza el papel del Islam e ignora con insolencia la voluntad de la mayoría”. Asimismo, Sadr instó al pueblo iraquí a criticar el texto para “impedir que los enemigos restablezcan un gobierno idéntico al de Sadam Husein”. Esta sucesión de críticas desencadenó sucesos como los del pasado sábado en Nayaf, cuando varios cientos de estudiantes se manifestaron por las calles de la ciudad santa chiíta al grito de “el pueblo levantado contra América y la Constitución”.