ANÁLISIS DE LA SEMANA
Sospechoso
Por Gema Diego1 min
Economía14-10-2003
Dicen que es por la sequía del verano. El precio de los alimentos frescos ha venido a desequilibrar las cuentas de inflación del Ejecutivo. Cañete no lo piensa consentir, y por eso se ha puesto manos a la obra para encontrar la causa del problema y solucionarlo cuanto antes. Etiquetas para frutas y hortalizas e información en Internet para los consumidores serán las armas del ministro de Agricultura para luchar contra la escalada de los precios. Además, el Servicio de Defensa de la Competencia se encargará de buscarle los porqués a la situación. Más que la sequía del verano, habría que apuntar al aumento de intermediarios en la cadena de distribución de los alimentos como culpable de la inflación. ¿Cuánto se lleva el productor del precio final del producto? Muy poco. ¿Quién se queda el dinero? Ahí está la pregunta. ¿Y quién termina pagando el pato? Los consumidores. Afortunadamente, no todo va a ser pagar. A partir de ahora, las aerolíneas tendrán que doblar su indemnización a los pasajeros afectados por overbooking. Y los consumidores argentinos y brasileños disfrutarán de un viraje hacia lo social de los Gobiernos de sus países. Si es que el Consenso de Buenos Aires no se convierte en papel mojado. Y si sirve para hacerle frente a la posición dominante de Estados Unidos en el ALCA. A lo mejor ahora que la economía norteamericana está saliendo del bache de la posguerra de Iraq andan un poco despistados con su patio trasero. Y cuidado, porque el patio tiene ganas de rebelión.