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COLOMBIA

Uribe y Colombia: Historia de un ¬matrimonio¬

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura4 min
Internacional04-06-2006

Nada parece cambiar en Colombia tras las presidenciales de la pasada semana. Los mismos retos, las mismas políticas, las mismas controversias y sobre todo, el mismo presidente. Álvaro Uribe ha sabido ganarse la confianza de los electores durante su anterior legislatura gracias en gran medida a su “política de mano dura” con las guerrillas del país. Su objetivo hasta 2010 seguirá siendo el conseguir el ansiado fin de la violencia para sus conciudadanos.

Álvaro Uribe Vélez, estudiante de derecho de las universidades de Antioquia y Harvard y ex profesor asociado de la Universidad de Oxford empezó en esto de la política a muy temprana edad. Ya por 1976, el político liberal-derechista ocupó la Jefatura de las Empresas Públicas de Medellín, y tras varios años desempeñando otros cargos estatales llegó a ser alcalde de la ciudad en 1982. El salto de Uribe al Senado de la República se produjo en 1986, siendo su paso por la cámara estatal inmensamente fructífero como avalan los numerosos premios políticos cosechados hasta 1994: galardón de “Mejor Senador”, “Senador Estrella” y “Senador con mejores iniciativas”. Tras su etapa como senador, Uribe fue elegido por los electores para ser gobernador de la provincia de Antioquia de 1995 a 1997. Durante su corta legislatura implantó en la región las conocidas “Convivir”, cooperativas de seguridad privada para los ciudadanos implantadas desde el Estado con el fin de proteger a los civiles contra las autodefensas y los paramilitares. Sin embargo, estas cooperativas, lejos de ser la panacea del conflicto, fueron muy criticadas por su supuesta tendencia ultraderechista y la alineación de algunos de sus miembros con los paramilitares, aunque indudablemente contribuyeron a mejorar en cierta medida la seguridad en la zona. El mayor reto de Uribe se presentaría por fin en 2002, año en el que abandonó las filas del que era su partido hasta entonces, el Liberal, y decidió presentarse como independiente a las presidenciales, las cuales ganó ante su excompañero Horacio Serpa por el 53 por ciento de los votos. La política de la primera era Uribe Durante la primera legislatura uribista de Colombia la política nacional dio un vuelco bastante importante. Nada más llegar al poder, Uribe expuso una serie de condiciones inexorables para que cualquiera de los grupos guerrilleros del país pudieran sentarse a negociar con el Gobierno. Estas reglas fueron más o menos seguidas por el Ejército de Liberación Nacional, frontalmente rechazadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla del país; y acatadas totalmente por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Por ello, uno de los principales logros del reelegido presidente ha sido el de poder haber sentado a dialogar a los paramilitares colombianos para conseguir su desarme. Otra de las políticas llevadas a cabo por el presidente durante su primer mandato fue la reducción de los gastos del Estado plasmada en la reducción burocrática y la fusión de algunos ministerios como Justicia, Gobernación e Interior o Trabajo y Salud. Además, Uribe reformó la Constitución en 2004 para que un presidente colombiano pudiera ser reelegido justó después de su primera legislatura, algo hasta entonces prohibido. Tras ver cómo se han desarrollado los acontecimientos en las últimas elecciones, es evidente que la jugada fue perfecta. En política exterior Uribe ha intentado infructuosamente aprovechar sus buenas relaciones con Washington (Colombia es uno de los pocos países latinoamericanos más o menos alineado con EE.UU.) para establecer un convenio de trabajadores temporales con el Gobierno norteamericano. El presidente apoyó la invasión estadounidense de Iraq en 2003, pero siempre ha evitado secundar cualquier sanción, ya fuera americana o vía ONU, contra Cuba. Las relaciones con la vecina Venezuela han sido cordiales pese a que la incompatibilidad de caracteres entre los mandatarios de ambos países es manifiesta. Colombia, en cierta medida, ve al presidente venezolano, Hugo Chávez, como un peligro para la estabilidad de la zona y asimismo desde Venezuela, se considera a Colombia como un país non-grato por su cercanía a Washington y por algunas heridas abiertas como el conflicto del Golfo de Venezuela. Las críticas Pero no todo fueron éxitos durante la primera presidencia de Uribe. El primer jarro de agua fría para el presidente fue el alto nivel de abstención registrado en las votaciones de un referéndum convocado por el Gobierno para reformar y aprobar algunas leyes. Las nuevas medidas incluían la “muerte política” de aquellos colombianos que defrauden al Estado, la prolongación por un año de las legislaturas de las autoridades regionales y locales (algo muy discutido por la oposición) y un paquete de reformas económicas. La baja participación (por debajo del 25 por ciento) invalidó por ley todas las reformas propuestas. Las críticas al presidente también han pasado por la polémica aceptación de 100 millones de pesos para su primera campaña a un grupo de empresas de la colombiana Enilse López, apodada la Gata, ahora procesada por diversos delitos financieros y anteriormente criticada por algunos supuestos nexos con el narcotráfico. Además, se ha reprochado a Uribe el hecho de que la “mano dura” empleada contra las guerrillas por parte del presidente se ha tornado más blanda con los paramilitares durante las negociaciones de desarme.

Fotografía de Luis Miguel L. Farraces