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ANÁLISIS DE DEPORTES

El Desafío Español necesita impulso

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes14-05-2006

Después de varios meses de parón, que no de descanso, la Copa América de vela retoma el pulso con las últimas regatas de tanteo, con los últimos duelos, cuerpo a cuerpo (acts) entre los veleros que aspiran a alcanzar, como poco, el último peldaño la competición. En la preparación invernal del Desafío Español, poco visible pero muy intensa, ha destacado la puesta a punto de un nuevo diseño, con el que se aspira a conseguir un barco más rápido: el ESP 88. Pero no ha sido el único avance: también la tripulación se ha preparado intensamente para la vuelta a la competición y limitar al máximo los errores, tanto en la estrategia de las regatas, sobre el campo, como en las maniobras que deben llevar a cabo los tripulantes. Son detalles sutiles, pero claves para sumar victorias con barcos muy igualados en su rendimiento y velocidad. Porque hasta ahora, el sindicato español todavía se encuentra un paso por detrás de los grandes favoritos: el BMW Oracle estadounidense, el Emirates de Nueva Zelanda y el Luna Rossa italiano, al margen del defensor del trofeo: el Alinghi suizo. Así se ha demostrado con las derrotas con que se han saldado los duelos contra dos rivales en teoría accesibles, el Sosholoza surafricano y el Areva francés. Y al igual que sucede en la F-1, el trabajo del último mecánico es vital en una estructura muy compleja, que comprende no sólo a los directores, sino también a los skippers –los responsables de las decisiones que se toman sobre el barco–, los tácticos, los estrategas y los navegantes, hasta un total de 35 marineros que se suben para competir al velero. Lo interesante, con todo, es que ese esfuerzo no se quede ahí. Aunque es complicado que el Desafío Español supere la ronda definitiva de la Copa Louis Vuitton y llegue a disputar la Copa América –ese honor sólo lo tiene el vencedor, que desafía al defensor del título, el Alinghi–, el esfuerzo de investigación y de mejora tecnológica no puede quedar en nada. España posee el potencial económico y tecnológico que requiere la Copa América, y la estructura que se ha construido, con unos u otros patrocinadores, es necesario mantenerla. El impulso que supuso la concesión de la Copa América a Valencia es un primer paso, pero la meta debe tener un plazo mucho más largo. El impulso de los patrocinadores debe continuar más allá de la Copa América, hasta conseguir que un sindicato español sea, y se mantenga, un aspirante a ser el mejor en la Fórmula 1 del mar.

Fotografía de Roberto J. Madrigal