ANÁLISIS DE DEPORTES
De Ben Johnson a Tim Montgomery
Por Roberto J. Madrigal2 min
Deportes18-12-2005
La descalificación del canadiense Ben Jonhson, que en la final de los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988, corrió los 100 metros en 9”79, fue el primer gran escándalo de dopaje. Ahora, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), al que habían recurrido 11 atletas implicados y la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), ha sancionado con dos años a los velocistas Chryste Gaines y Tim Montgomery, y dejado sin efecto las marcas de este último durante los cuatro años anteriores, desde marzo de 2001, entre ellas el antiguo récord del mundo del hectómetro, establecido en agosto de 2003. Como quiera que la sanción se prolonga hasta junio de 2007, Montgomery ha confirmado su retirada del atletismo y su ruptura sentimental con Marion Jones: “Es difícil seguir viviendo juntos cuando estás pasando un mal momento”. El caso de Montgomery refleja que las condiciones físicas y los entrenamientos, aunque sean el recurso ético, chocan con la ambición y la paciencia para continuar rebajando una plusmarca simbólica de los límites del hombre, aún muy lejos de la frontera de los nueve segundos. Aun así, la novedad con respecto a otros casos es que la sanción no proviene de un positivo en un control antidopaje, sino de las investigaciones que destapó el ex entrenador de Montgomery y Gaines, Trevor Graham, y que implicaron al presidente de los laboratorios BALCO, Victor Conte, que fue condenado a cuatro meses de prisión y cuatro de libertad condicional –por la administración de tetrahidrogesterona (THG), un esteroide, y modafinil, un estimulante– tras llegar a un acuerdo con la fiscalía. Los testimonios de la velocista Kelly White, también sancionada, acabaron por implicar a Montgomery. Con todo, el precedente debe emplearse con precaución, puesto que de la tolerancia cero se está pasando a promover las delaciones y a proteger a quienes den pistas. Un síntoma de que los controles no son todo lo efectivos que debieran y que las investigaciones son más complicadas de lo que se esperaba en un principio: una legislación antidopaje no es sólo un texto, sino que su éxito depende de la capacidad para poder ser aplicada efectivamente. Los tiempos siguen siendo convulsos y las sanciones, ejemplares, han servido para desmantelar una red de tráfico de sustancias. Aun así, la vigilancia en el entorno de los atletas todavía se tiene que mejorar, y es muy posible que también sea necesario implementar medidas complementarias, tales como –en el caso del ciclismo– los controles preventivos de hematocrito, con vistas a proteger la salud de los atletas.