ANÁLISIS DE LA SEMANA
¬Canela¬
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad07-11-2004
Los argumentos del cine se repiten una y otra vez en la vida real. Un osezno, ese animal de peluche que enternece el corazón más duro, se ha quedado sin mamá. Unos cazadores han acabado con la vida de la última osa fértil del Pirineo. Se llamaba Canela, tenía 15 años y era la esperanza para salvar una especie. Mucho más tristes son otras historias que también han llegado al cine, por estar protagonizadas por animales racionales, por personas. El Observatorio de la violencia contra la mujer afirma que han aumentado las denuncias en la primera mitad del año. Las cifras del maltrato, aunque varíen según su procedencia, siguen siendo alarmantes ante una sociedad que no acaba de afrontar un problema al que ni siquiera sabe como referirse. No sólo las mujeres son las víctimas de la violencia. Y no sólo es el hogar el ámbito del maltrato del que puede salir una trágica historia de cine hecha realidad. El suicidio de un joven ante el acoso que sufría por parte de sus compañeros de clase ha desenmascarado la situación que viven muchos pequeños por ser un poco diferentes. Y esto da para muchos guiones. La sociedad todavía no se ha planteado en serio grabar la secuencia de la lucha por los valores verdaderos, los que hacen grande a la persona al margen de su apariencia física. Los niños son muy crueles y se ríen del gordito, del que lleva gafas, del moreno, del que junta las rodillas cuando anda o se hace pis en clase. Cuando esa hipotética película llegase a la gran pantalla se proyectaría sin publicidad, por supuesto, y sería para todos los públicos, sobre todo para los padres atrapados por la dinámica de prisa del día a día cuyos hijos son un asunto más en la agenda. Son historias más tristes que la que ha acabado con la esperanza de que Canela fuese otra vez mamá.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo