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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Con el euro por delante

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía06-11-2004

Tal vez la noticia de que George W. Bush seguirá viviendo cuatro años más en la Casa Blanca no sea la mejor que los europeos podíamos haber recibido en los últimos días. Pero al euro le ha sentado como si le hubieran regalado una docena de pasteles para él solito. Un estado más ganado por Bush, unas milésimas más de ventaja sobre el dólar. Se confirma la victoria del candidato republicano, y del empujón la moneda única europea alcanza su récord de cotización. El euro celebra el triunfo de Bush porque eso va a suponer una continuidad en la política económica de Estados Unidos, una estabilidad que gusta, y mucho, en los mercados bursátiles. Es decir, el país norteamericano persistirá en la senda del endeudamiento y Europa, favorecida por el hecho de que el petróleo se pague en dólares, sorteará la crisis del crudo en mejores condiciones. Pero los beneficios se acaban ahí para dejar paso a los inconvenientes. Las exportaciones europeas descienden, la inflación crece más de lo previsto, el paro sube… Y mientras, el BCE se contenta con pedir calma, dejar que las declaraciones de algunos dirigentes estatales lo ninguneen y mantener los tipos de interés tal como están. Entre tanto, algunos juegan al gato y al ratón, los débiles vuelven a perder y los demás cierran los ojos ante otra posibilidad que parece más lejana pero que, dada la fortaleza del euro, constituye la realidad de cada día: el traslado de las empresas a otros lugares donde el bajo valor de las divisas, los sueldos, los costes y los impuestos aduaneros permiten una mayor competitividad. Circunstancia que echa más madera al paro. Visto lo visto, vamos a tener que apuntar al euro a un gimnasio a ver si adelgaza después del atracón.

Fotografía de Gema Diego