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EE.UU. supera la cifra de 1.000 soldados muertos en Iraq

Por Isabel A. VegaTiempo de lectura2 min
Internacional12-09-2004

Dieciocho meses se han cumplido desde el comienzo de la ofensiva militar estadounidense en Iraq y dos menos desde el cese oficial de las hostilidades, periodo durante el que el Ejército norteamericano ha seguido sumando bajas entre sus filas hasta cruzar, la pasada semana, la cifra de 1.000 muertes.

Las televisiones en EE.UU. no retransmiten las ceremonias de recepción de los cadáveres. No dan cobertura a los funerales ni a las familias de los soldados fallecidos, y de esta forma procuran mantener al margen de la realidad a una opinión pública que tiene en su mano el cambio o la continuidad del Gobierno Bush en las próximas elecciones del mes de noviembre. Sin embargo, la pasada semana el número de bajas estadounidenses sí ha sido portada en la prensa y cabecera de informativos. Mil soldados muertos son ahora el principal argumento del candidato demócrata a la Presidencia, John Kerry, que acusa a George W. Bush, entre otras cosas, de haber dejado “un lío catastrófico” en Iraq a un precio alarmante. “Ha sido una decisión catastrófica que nos ha costado 200.000 millones por haber ido solos, y que estamos pagando, además, en un coste de vidas todavía más insoportable”, afirmó Kerry en uno de sus actos de campaña. En defensa de la actual Administración, el vicepresidente, Dick Cheney, ha declarado que de ganar las elecciones el Partido Demócrata “aumentaría el peligro de que nos golpearan de nuevo”, por considerar que Kerry no sería un presidente lo suficientemente fuerte como para mantener “a raya” a los terroristas. Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, respondió al golpe de impacto de las 1.000 muertes vinculando de nuevo la guerra al 11-S, y afirmó: “Estamos de luto y recordamos a todos los que se han sacrificado defendiendo la libertad, y también recordamos a los que perdieron sus vidas el 11 de septiembre”, fecha de la que ahora se cumple el tercer aniversario, y cuya conmemoración ha empañado la que podría haber sido estocada definitiva de los demócratas contra el Gobierno de Bush. Precisamente, en torno a esta fecha se ha declarado de nuevo un mes de alerta en todo el país, impulsada por los recientes actos terroristas desde Yakarta a Rusia y por el último vídeo publicado por Al Qaeda en el que Al Zawahiri, mano derecha de Bin Laden, afirma que la derrota estadounidense en Iraq y Afganistán es “sólo cuestión de tiempo”. A pesar de ello, a lo largo del día 11 tuvieron lugar las ceremonias previstas en la Zona Cero, en las que los minutos de silencio a las horas exactas en que se produjeron los impactos y derrumbamientos de las torres, se han intercalado con la lectura de los 2.700 nombres de las víctimas, a cargo de sus familiares. En la Casa Blanca tuvo lugar un oficio religioso en el que estuvo presente George W. Bush, y se guardaron también los pertinentes minutos de silencio.