ANÁLISIS DE LA SEMANA
Lo natural
Por Gema Diego2 min
Economía29-05-2004
“Lo natural es más sano”, dice un anuncio de ésos que echan habitualmente por la tele. Yo no sé si será más sano pero, desde luego, sorprende menos, se prevé mejor, y se puede solucionar más fácilmente. Al menos, uno ya conoce el terreno que pisa. Éste es el caso de la coyuntura económica actual: superados los lastres del 11-S y la guerra de Iraq, Europa va a crecer este año y, de hecho, España ya lo está haciendo, y con unas cifras más que aceptables en el primer trimestre. Además, las bolsas siguen pasito a paso hacia delante, aunque sufren vuelcos continuos por el precio del petróleo. Natural y lógico, pues, que en un ciclo de crecimiento la inflación también crezca. Los consumidores son los que tiran del carro económico. La economía se expande cuando los consumidores están tranquilos por la situación internacional y la de su país. Esta tranquilidad genera confianza en ellos, una confianza que les lleva a comprar más: a invertir en un coche, a gastar en viajes, a montar una empresa, a renovar el mobiliario de la casa, etc. Sin esa confianza, los ciudadanos tenderían al ahorro, a guardar para cuando viniesen tiempos peores. Ahora bien, ese expansionismo, esas ansias por gastar provocan una subida en los precios. Eurostat ya prevé que la inflación interanual en mayo será de un 2,5 por ciento en la eurozona, y el Instituto Nacional de Estadística español calcula un 3,4 por ciento para España. Consecuencia lógica y natural del crecimiento del PIB. Quizá alguien se pregunte: “¿Y esto qué tiene de extraño? ¿Por qué merece comentarse lo natural? ¿Por qué este análisis?”. Pues muy sencillo. Por fin, después de que la inflación creciera sin que la economía le siguiera a la par por culpa del dichoso efecto euro, aderezado con la estrategia gubernamental de cambiar el método de cálculo para ocultar la subida real de los precios, por fin, lo que pasa es normal. La economía crece, pues la inflación crece. Directamente proporcional. Natural.