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BOLSAS

Miedo y volatilidad en los principales mercados occidentales

Por Eva OlarteTiempo de lectura2 min
Economía27-03-2004

Hace ya más de 15 días que el mundo camina desorientado, embaucado por el desconcierto de verse imbuido en una situación geopolítica dominada por las amenazas terroristas. Las bolsas también se resienten. Los inversores, olvidados de los intereses naturales de los mercados bursátiles, de las referencias puramente económicas, no son capaces de llevar a cabo movimiento alguno sin antes consultar las últimas noticias del panorama internacional.

Noticias que llaman a la volatilidad de los mercados, pues ésta se manifiesta al menor indicio de inseguridad política. En Wall Street lo llamaron cautela, prudencia, mientras en España y en el resto de Europa se hablaba de miedo. Al final el resultado fue el mismo. Sesiones de altibajos marcadas por el temor que genera la amenaza terrorista y, que, en el caso de las plazas europeas, encadenaron la tercera semana de pérdidas. En este sentido, la Bolsa de Madrid consiguió desmarcarse, cerrando la semana con una revalorización del Ibex 35 del 0,93 por ciento, su primera subida tras dos semanas consecutivas de pérdidas. De este modo, el índice más representativo de la bolsa española se quedó a las puertas de los 8.000 (7.952,80), que había abandonado en los primeros días de marzo. Según los expertos, la bolsa tiene, efectivamente, fuerza para alcanzar la barrera de los 8.000 puntos. Pero esta meta se presenta difícil actualmente, debido al nuevo escenario de tensiones geopolíticas. Las bolsas han subido durante 12 meses y ahora ha llegado el momento de la reflexión. El responsable del departamento de Caja Madrid Bolsa, Víctor Peiró, considera que el parqué español se encuentra en una fase dominada, además de por la volatilidad, por el cortoplacismo. “El cambio de regulador, que es al fin y al cabo lo que supone un cambio de Gobierno, provoca una mayor precaución, sobre todo entre los inversores extranjeros”, explica. “Esto se traduce en estrategias de inversión a corto plazo, aprovechando grandes caídas para comprar y vendiendo inmediatamente después del rebote de ese valor”. En cuanto al euro, su cotización dibujó una auténtica montaña rusa durante la semana pasada. La estabilidad que logró presentar al comienzo de la sesión cambió de signo ante la posibilidad, cada vez más real, de que el Banco Central Europeo (BCE) proceda a una bajada de los tipos de interés.