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CINE

Temas candentes para un Gijón en alza

Por Héctor Llanos MartínezTiempo de lectura1 min
Espectáculos21-11-2003

El Festival de Gijón llega a la madurez ensalzando la juventud. La rotunda calidad de su programa se inunda de crudas historias adolescentes. Con la actualidad como termómetro, los ciclos, retrospectivas y secciones de la muestra española hacen de esta edición un placer muy apetecible. La islandesa Nói Albinói, Thirteen, de la estadounidense Catherine Hardwicke, y Jeux de enfants desde Francia, incrementan en la Sección Oficial la cuota teen que ya aporta su otra sección estrella, Enfants terribles.

El festival incluye en su Sección Oficial a concurso tres títulos de la nueva hornada independiente americana para celebrar la perseguida presencia de uno de sus representantes más célebres, Hal Hartley (Simple men), en una de las retrospectivas. A la propia Thirteen se suma Party monster, de Fenton Bailey y Randy Barbato, el escandaloso regreso al cine de un Macaulay Culkin transformado en Michael Alig, mito homosexual de las noches neoyorquinas de los 90. En American splendor los directores Shari Springer Berman y Robert Pulcini exploran con otra biografía, la de Harvey Pekar, el submundo freak. Para bien o para mal, en Gijón se tiene muy presente los descubrimientos de los grandes festivales. Así, Toronto (Jeux de enfants), Cannes (Struggle), Sundance que premió a Thirteen, Berlín (con la alemana Distant lights) e incluso el León de Oro veneciano, The return, enaltecen la oferta de Gijón. Dos habituales de todas estas citas cinematográficas repasan junto a Hartley su obra en sendas retrospectivas. Ulrich Seidl y Oliver Assayas se han colocado en la cima del cine europeo como representantes del séptimo arte austríaco y francés, respectivamente. El apego a la actualidad cinematográfica y social de esta edición también puede captarse en los ciclos dedicados al nuevo documental americano relanzado por Michael Moore, la evolución del cine español y a las referencias en el celuloide al mundo musical.