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REINO UNIDO

La visita de Bush a Blair refuerza la unión estratégica entre EE.UU. y Reino Unido

Fotografía
Por Isabel A. Vega Tiempo de lectura2 min
Internacional22-11-2003

El presidente de EE.UU., George W. Bush, fue recibido con honores de jefe de estado el pasado jueves en el Palacio de Buckingham, donde se alojó durante los tres días que duró su visita, como invitado personal de la reina Isabel II.

Londres movilizó a 14.000 policías para garantizar la seguridad de George W. Bush durante su visita de Estado a Reino Unido. Los puertos marítimos y los aeropuertos estuvieron custodiados durante la visita y, en palabras del portavoz de Scotland Yard, Andy Trotter, el país entero se mantuvo en un “estado de máxima alerta”. George W. Bush es el primer mandatario recibido con honores de jefe de Estado desde 1918, es decir, como invitado personal de la Reina, lo que se ha traducido en un operativo especial que alcanzó un coste de siete millones de euros. El líder estadounidense no fue sin embargo tan bien acogido por las 110.000 personas que se manifestaron en la capital británica durante la visita. Convocados por la plataforma Stop the War, los manifestantes levantaron pancartas en las que se pedía a Bush que abandonase el país y se le tildaba de “asesino” y “terrorista”. El momento más tenso de las protestas tuvo lugar cuando la multitud derrumbaba una estatua de cartón de seis metros de altura en parodia de la caída de la estatua de Sadam Husein en Bagdad. Fueron 25 los detenidos durante las manifestaciones. La valoración global que el primer ministro británico, Tony Blair y George W. Bush han extraído de las reuniones mantenidas ha sido bastante positiva. Ambos líderes manifiestan su buena relación bilateral y multilateral y se muestran comprometidos para afrontar de forma conjunta los nuevos retos del siglo XXI, especialmente en lo referido a la lucha contra el terrorismo y la reconstrucción iraquí. “Nuestra misión en Iraq es noble y necesaria (…) Nuestras tropas permanecerán en Iraq hasta que el trabajo esté terminado” declaró Tony Blair. Bush se refirió a los ataques terroristas acontecidos en Estambul para afirmar: “No hay que ceder ni un ápice (…) no hay que tener ninguna duda en afrontar el terrorismo y atacarlo en el lugar que sea”. Los atentados han sido cometidos por personas que “odian a los países libres” añadió, para defender luego “el uso mesurado de la fuerza” para afrontar “el problema global del terrorismo”. Persisten las diferencia A pesar de lo positivo del encuentro, Blair no ha conseguido resolver las principales diferencias que separan a EE.UU. de Europa, como el caso Guantánamo y el problema de los aranceles sobre la importación de algunos productos de acero. Bush, que afirma que los 650 retenidos sin amparo jurídico en Guantánamo son tratados “humanamente”, no se comprometió a alcanzar algún tipo de acuerdo respecto a los cinco británicos que se encuentran internados allí, cuestión que preocupa especialmente a Blair.