SEGURIDAD
El Gobierno incrementará las inversiones en fuerzas de seguridad
Por Ana María Riaza1 min
España25-10-2003
Antes de 2004. Éste era el plazo que el presidente del Gobierno, José María Aznar, concedía a la puesta en marcha del nuevo plan de medidas económicas propuesto por el Gobierno para reforzar la eficacia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Con vistas o no a las generales del próximo año, las nuevas medidas del Gobierno van a tener una aplicación inmediata. El desembolso económico, que será cercano a los 46 millones de euros, sufriría un reparto más o menos equitativo entre las diversas ramas encargadas de la seguridad nacional en España. De este modo, más de 13 millones de euros del total se destinarían a incrementar la seguridad en hasta 330 cuarteles y comisarías, sin contar con la rehabilitación de numerosos cuarteles más. El resto estaría destinado a la mejora de los sistemas de seguridad, con la compra de helicópteros y nuevos equipamientos de seguridad por un lado, y la inversión en el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad por otro, y que incluiría la compra de setenta unidades de identificación dactilar. El desembolso económico en las fuerzas de seguridad forma parte de un paquete de nuevas medidas de lucha contra la delincuencia, que presentaba ante el Consejo de Ministros el ministro de Interior, Ángel Acebes, la pasada semana. A parte de la reforma económica, el informe contendría hasta dos tipos más de medidas: el diseño de un innovador programa de seguridad que potenciará las labores de protección e investigación a través de la incorporación de nuevas tecnologías a los sistemas de seguridad, y la inmediata integración en las unidades de Policía y Guardia Civil normalmente encargadas de la lucha contra la delincuencia organizada y el tráfico de drogas, de los grupos orientados a la erradicación de traficantes intermedios. De este modo, las fuerzas de seguridad intentarían controlar el eje central de las mafias destinadas al tráfico de drogas, así como el principal desencadenante de los asesinatos por ajuste de cuentas.