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Una crisis real que ha superado la ficción

Por Noelia Hernández MartínTiempo de lectura2 min
España26-10-2003

El serial político más importante del verano parece haber llegado a su fin. Los comicios más largos de la historia de Madrid culminaron el pasado domingo con la cita a las urnas de los ciudadanos madrileños.

Políticos y buenos actores. Madrid ha descubierto este verano que tiene una buena cantera de actores entre los candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Tele Madrid –la televisión autonómica de la Comunidad Autónoma- ha conseguido más audiencia que las demás cadenas con su programación especial del verano. No es extraño que una cadena privada haya decidido producir una serie con el mismo argumento como base: la trama de la Asamblea de Madrid. Todo comenzó en la sesión plenaria de investidura del pasado 10 de junio. El PSOE se coaligó con IU para hacerse con el poder en la Presidencia de Madrid. Sin embargo, dos socialistas de la familia de Renovadores por la Base, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, decidieron ausentarse de la votación. Con esta traición, el candidato socialista, Rafael Simancas, vio truncadas sus expectativas a presidir la Comunidad. Tras varias semanas de conversaciones, PP, PSOE e IU consiguieron alcanzar un acuerdo para constituir una comisión parlamentaria que investigara la crisis. Una crisis donde se mezclaron especulaciones urbanísticas, conversaciones telefónicas y traiciones. Más de 127 horas de investigaciones que dieron lugar a una investigación sin resultados. Los tránsfugas consiguieron boicotear el funcionamiento de la Asamblea de Madrid. Sin resolver la incógnita, el pasado 9 de octubre se puso a punto la maquinaria electoral. Una campaña manchada por la críticas mutuas. Los socialistas decidieron aferrarse a una promesa social práctica, la de fomentar el transporte gratuito para menores de 21 años y mayores de 65 mediante un abono gratuito. Un Madrid con Esperanza “garantía de Gobierno” defendían los populares, y una honradez probada prometía el traidor Eduardo Tamayo con su nuevo partido, Nuevo Socialismo. Los ciudadanos madrileños han asistido a un circo político comparable al esperpento de Valle-Inclán. Con políticos que inspiran de todo menos confianza, no es de extrañar que los actores consigan más credibilidad que la clase política. No es de extrañar que algún artista consiga llegar a los ámbitos políticos, al estilo de Arnold Schwarzenegger en el Estado de California.