La muerte de las siamesas iraníes desata un debate ético
Por Alfredo López Zamora
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Sociedad08-07-2003
El trágico desenlace de la operación de las dos siamesas iraníes ha desencadenado un debate ético que cuestiona el valor de la vida frente a la muerte. Las opiniones sobre si debió o no haberse realizado la operación se mueven entre los expertos.
“El paciente es quien, una vez informado, debe tomar la decisión. En este caso se trataba de pacientes adultos con esta capacidad”, afirma Joseph Egozcue, catedrático y miembro del Observatorio de Bioética de la Universidad de Barcelona. Por su parte, Alberto Isla, neurocirujano del Hospital La Paz de Madrid declara que “se trata de cirugías muy especiales en las que deben correr ciertos riesgos para promover el progreso científico”. Una perspectiva distinta es la de Joseph María Simón, presidente de la asociación Médicos Cristianos de Cataluña, quien cree que “es difícil justificar la acción del equipo médico del Hospital Raffles, pero puede que estos especialistas buscaran notoriedad sin valorar las garantías de la intervención”. De este lado está la Iglesia Católica, que defiende que en situaciones así hay que “dejar a la naturaleza seguir su curso”. “La obligación de imponer separación sólo existiría en la hipótesis de que se tratara de una conducta absolutamente reprobable por parte de sus progenitores”, explica López Azpitarte, catedrático de Teología Moral en la Facultad de Teología de Granada. Así, las opiniones e intereses de distintos expertos se cruzaron con los deseos de estas hermanas unidas por cerebro. Sueños por seguir su camino separadas, llevar una vida normal, todo pese a los riesgos que se ocultan tras estas esperanzas. “Si Dios quiere que vivamos como dos personas separadas, viviremos”, expresó una de las siamesas. Ellas lo tenían claro, “hemos empezado este viaje juntas y esperamos que la operación nos lleve al final de este difícil camino”. Apostaron por llevar una vida normal y perdieron.