FÓRMULA 1
Despierta la ¬Alonsomanía¬
Por Javier Herrero2 min
Deportes03-05-2003
Es, sin duda, la revelación de la temporada 2003 en el Mndial de Fórmula 1. Se llama Fernando Alonso y lo que se ha podido ver hasta ahora, tres podios, es sólo el comienzo de una carrera que apunta al Campeonato del Mundo, aunque en principio, no antes de 2005 o 2006.
Ser el corredor más joven en conseguir la pole position (mejor tiempo) en los entrenamientos de un Gran Premio de Fórmula 1 dice mucho de Fernando Alonso, pero ni mucho menos lo dice todo. Con 21 años, el asturiano está llamado -junto con el finlandés Kimi Raikkonen- a suceder al káiser, Michael Schumacher, aunque es pronto aún para empresas de tal calibre. De momento, su objetivo es consolidarse entre los mejores y progresar como piloto en un mundo tan selecto como el del circo de las cuatro ruedas. Desde muy joven, no obstante, Alonso ya daba la impresión de tener un futuro brillante: barrió a sus competidores en los karts en las categorías infantil y juvenil, lo que no sorprende tanto, pues desde los tres años ya latía la adrenalina del volante en sus venas. Pero el gran paso de su vida lo dio al fichar por la escudería Renault, una de las grandes. El joven Alonso, de la mano de su mentor, el ex piloto Adrián Campos -que le dio la oportunidad de destacar en el Euro Open by Nissan-, fue siguiendo un plan meticuloso. En su primer año estuvo cedido en la escudería Minardi, para aprenderse los circuitos y a manejarse en el mundillo que los rodea, y en el segundo estuvo a la sombra del italiano Jarno Trulli y del británico Jenson Button, haciéndose al coche y a los ingenieros como probador. Esta temporada, Flavio Briattore le ha dado los galones para formar con Trulli la pareja de pilotos oficial de Renault, y el asturiano no está defraudando a nadie. Al contrario: se está mostrando como un excelente piloto, que sabe superar la presión de estar en un mundo tan complejo y apenas comete errores. Su carácter afable y tranquilo, ajeno a las expectativas que se levantan en torno a él, lo está haciendo posible, pero también influye el espíritu innato, ambicioso y ganador, propio de los grandes campeones. Alonso está logrando, al estilo de Miguel Induráin hace una década, que España se enganché a un deporte que tenía olvidado, algo difícilmente cuantificable, pero sí palpable. Para comenzar, la cobertura informativa de los grandes premios es netamente superior a la época anterior, con Marc Gené y Pedro de la Rosa en la parrilla. A medio y largo plazo, el trabajo de cantera de los federativos españoles puede verse respaldado con la construcción de nuevos circuitos en el norte de España: en Asturias ya se reclama un nuevo trazado capaz de albergar grandes competiciones. Aunque sin duda esperan momentos malos -abandonos, averías, fallos en la estrategia...-, la juventud y el talento del asturiano prometen un futuro pleno de alegrías, y sobre todo, que los aficionados españoles se doctoren en la Fórmula 1, una competición espectacular, pero a la que hasta ahora le había faltado un espaldarazo.