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ATAQUES AL PP

”No a la guerra, no al Gobierno”

Por Raúl Romero MartínTiempo de lectura2 min
España26-03-2003

El "No a la guerra" viene acompañado de un "No al Gobierno" que ha supuesto para el Partido Popular el ataque a 120 de sus sedes, el boicoteo de 44 actos y las agresiones verbales a dirigentes del PP. El secretario del PP, Javier Arenas, ha puesto el asunto en manos de la justicia y culpa a PSOE e IU.

Lanzamiento de botellas, de excrementos, de huevos, de estiércol y de sangre de animal, rotura de cristales y de luminosos, pintadas con dianas, explosiones de petardos, porteros automáticos arrancados, asaltos y destrozos o intentos de incendio fue la lista de agresiones contra sedes del PP que el secretario general popular, Javier Arenas, ha enumerado esta semana para denunciar una situación «injustificable en términos democráticos». Un total de 120 locales agredidos, -mayoritariamente en Cataluña, Madrid y Andalucía-, además de 44 incidencias en diversos actos institucionales o del PP, sin contar las concentraciones ante la sede nacional del partido, es el balance de las últimas semanas. Se trata, dijo Arenas de «comportamientos antidemocráticos», al tiempo que apeló a que cesen estas actitudes violentas «en beneficio de la democracia». El PP recopiló ayer toda la información recibida de las direcciones regionales del partido, paso previo para presentar una batería de denuncias ante los tribunales, de la que no se escapa ni si quiera la plataforma «No a la guerra», que hasta el martes calificaba en su página web de «cómplices de asesinato» a todos los diputados del Partido Popular. A juicio de Arenas, este hecho supone «una incitación a la violencia y una conducta claramente delictiva», respecto a la cual se reservó la posibilidad de emprender una acción judicial coordinada con el resto de los parlamentarios aludidos. Arenas implica en su carta a 31 cargos del PSOE y 22 de IU. La situación se ha hecho especialmente irrespirable en Cataluña, autonomía donde se han producido 48 ataques. La agresión sufrida por el presidente del grupo parlamentario popular, Alberto Fernández, el martes por la noche en Reus (Tarragona), sirve de colofón, hasta el momento, de un rosario de atentados, amenazas y coacciones contra miembros del PP catalán, algunos de ellos residentes en pequeñas poblaciones catalanas donde la presión, desde que comenzó la guerra, se ha vuelto casi insoportable. En las últimas seis semanas también se han cometido diversos boicots en actos a los que asistían dirigentes del PP. El pasado 4 de marzo, un centenar de estudiantes abucheó al ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, en el Instituto Químico de Sarrià de Barcelona. Asimismo, los regidores del PP en el Ayuntamiento de Badalona (Barcelona) fueron insultados con gritos de «asesinos» durante la celebración del pleno. Y en Madrid, tres cuartas de lo mismo, el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón no pudo inaugurar la Facultad de Informática ante la negativa de los estudiantes que exigían un "No a la guerra". Por su parte, el ministro del Interior, Ángel Acebes, mostró en el Senado su preocupación por el cariz que están tomando las manifestaciones contra la guerra en Irak, en la que un grupo minoritario de violentos ocasionan desordenes públicos y enfrentamientos con la Policía. Acebes aseguró que su Ministerio ofrecerá «el mayor tipo de protección y seguridad posible» a las sedes del PP, con el objetivo de evitar que continúen las agresiones que se vienen produciendo en los últimos días, ya que «ésa es la responsabilidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».