ORIENTE PRÓXIMO
El conflicto no avanza hacia una solución pacífica
Por Salva Martínez Más
1 min
Internacional30-03-2003
El número de bajas parece haber dejado de ser relevante en la espiral de violencia que viven los territorios de Israel y Palestina. Ya hay quien calcula pérdidas de otro tipo. Las económicas, por ejemplo.
El Banco de Israel informaba el miércoles pasado de las pérdidas producidas por la Intifada. Durante 2002 la economía israelí perdió alrededor de 2.920 millones de euros. Ese mismo día, cuatro palestinos murieron en un tiroteo con militares israelíes. Uno de éstos era una niña de 10 años. Además, el Ejército israelí continúa con las remodelaciones de los planos del “muro de seguridad”. La semana pasada, el Ministerio de Defensa israelí se pronunciaba sobre la conveniencia de una modificación en el recorrido del muro de ocho metros de alto que separará territorios palestino e israelíes. La modificación es, en sí, similar a las que ya se han dado desde que comenzara a construirse: desplazar el muro 20 kilómetros más al este. Los trabajos comenzaron en Junio de 2002 y está previsto que terminen en 2005. Aparte de estas medidas israelíes, en la semana pasada hubo un intenso cruce de declaraciones referidas al posible plan de estabilización de la zona. Este plan se ha venido a llamar “hoja de ruta” y sobre él sólo se saben datos tan poco claros como que “servirá para cambiar la visión de la realidad”, según afirmaba el presidente de EE.UU., George W. Bush. De esta “hoja de ruta” se hablará una vez haya terminado el otro conflicto que hoy desestabiliza aún más Oriente Próximo y que no es otro que la guerra preventiva contra Irak y su régimen. También sobre esta “hoja de ruta” se espera que no sea papel mojado como otros acuerdos y resoluciones del Consejo de Seguridad que se refieren al conflicto israelo-palestino. Mientras, en el conflicto de apocalíptico curso se han dado dos hechos que parecen visiones: un palestino reconoció haber renunciado a inmolarse en el último momento, y, el Ejército israelí desmanteló un asentamiento declarado ilegal por el Tribunal Supremo de Israel.