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Bush y Blair analizan la crisis iraquí en Camp David

Por Ángela González RodríguezTiempo de lectura2 min
Internacional30-03-2003

Los dirigentes de EE.UU. y Reino Unido se reunieron el pasado fin de semana en la residencia de Camp David para analizar la situación actual de Irak, así como la reconstrucción de este país cuando finalice el conflicto armado.

Camp David ha sido una vez más el lugar elegido por el presidente de EE.UU., George W. Bush, para reunirse con su aliado más fiel en esta guerra, el primer ministro británico, Tony Blair. La noche previa a esta reunión, Bush declaró que continuará con la vía diplomática durante "semanas pero no meses". Por este motivo, algunos políticos estadounidenses, entre los que se encuentra el senador demócrata Tom Daschle, esperan que la influencia de Blair sirva para moderar la posición de Bush. No obstante, Guto Harri, corresponsal que acompaña a Blair en su viaje, señaló que es más posible que el líder británico, lejos de suavizar la determinación de Bush, reitere que Washington no está solo en su campaña y que mantener una posición firme es la mejor manera de evitar la prolongación del conflicto. El tema central en torno al cual han girado las conversaciones de ambos dirigentes ha sido el papel que deberá desempeñar Naciones Unidas en la reconstrucción de Irak, el problema de Oriente Próximo y las relaciones entre Occidente y el mundo musulmán, así como la necesidad de reconducir las transatlánticas. En la rueda de prensa conjunta que ofrecieron una vez finalizada su reunión, Bush anunció que ambos pedirán que se reanude el programa Petróleo por alimentos de Naciones Unidas, suspendido hace 10 días, del que depende la alimentación del 60 por ciento de la población iraquí. Este programa, establecido para paliar los efectos del embargo económico impuesto tras la Guerra del Golfo de 1991, estaba administrado en colaboración con el régimen de Sadam Husein, pero debido a la situación actual de Irak, los dos dirigentes expresaron la necesidad de reconfigurarlo. No obstante, no quedó demasiado claro hasta qué punto Bush y Blair están de acuerdo en la forma y medida en que la ONU se debe implicar en la reconstrucción y la administración del Irak post-Sadam. Este aspecto es uno de los que más preocupa a Tony Blair, quien, tras finalizar su comparecencia ante la prensa, se dirigió a Nueva York para entrevistarse con el secretario general de la ONU, Kofi Annan. El motivo de esta segunda visita es, principalmente, restablecer las maltrechas relaciones entre la UE y Naciones Unidas, así como replantear la posición que ésta tomará en cuanto el envío de ayuda humanitaria a Irak y a su participación en la reconstrucción de este país cuando el régimen de Husein sea derrocado.