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COYUNTURA INTERNACIONAL

La OIT señala que la guerra dejará sin empleo a 24 millones de personas

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía29-03-2003

Parecía que todo estaba bajo control, que la guerra contra Irak no era más que un juego de niños rápido, barato, eficaz y, sobre todo, beneficioso para Occidente. Pero, una vez puesta en marcha la ofensiva, comienzan a aflorar las primeras amenazas económicas latentes.

La Administración Bush se ha gastado en tan sólo una semana la mitad del presupuesto que pensaba dedicar al ataque contra Irak. El secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, ha dejado entrever que su país piensa resarcirse con los derechos de explotación del suelo iraquí que conseguirá tras la victoria sobre Sadam Hussein. Sin embargo, Rusia y Francia no están dispuestas a permitir que sus contratos con el régimen de Bagdad se conviertan en papel mojado. Rusia, por ejemplo, ha invertido más de 4.000 millones de dólares en Irak. Pero no sólo se están resintiendo las finanzas nacionales de cada país. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que unos 24 millones de personas perderán su empleo a causa del conflicto bélico. Los países industrializados se quedarían sin unos 300.000 puestos de trabajo, además de no poder crear los dos millones previstos en caso de paz. El castigo es aún mayor para África subsahariana y los países en vías de desarrollo: cuatro millones de empleos suprimidos. Además, los desplazamientos de trabajadores emigrados en la zona de Oriente Medio supondrán un duro golpe para países con Egipto, India o Sudán. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha roto su cautela para recortar en tres décimas las previsiones de crecimiento mundiales para el 2003 (del 3,3 por ciento al tres por ciento) y en dos décimas las de la zona euro (del 1,3 por ciento al 1,1 por ciento). Su director, Horst Koehler, ha advertido que una prolongación del conflicto puede disparar el precio del petróleo, debilitar la confianza del consumidor y, por consiguiente, dañar a los mercados. De todas formas, la confianza del consumidor ya había comenzado a caer durante los dos primeros meses de este año, lo que se ha manifestado en un incremento de la masa monetaria (M3) de la zona euro de un 8,1 por ciento en febrero con respecto al mismo mes del año anterior. La mayor circulación de dinero en efectivo puede provocar un aumento en la inflación. En cuanto a España, la comisaria europea de Energía y Transportes, Loyola de Palacio, ha reconocido que se podrían producir dificultades si cae la producción de petróleo mundial. Esta apreciación ha sido desmentida por la directora general de Energía, Carmen Becerril, que ha apuntado que España posee reservas estratégicas para 112 días. Además, la reanudación del programa Petróleo por alimentos permitirá a los países desarrollados disfrutar de nuevo del suministro de petróleo iraquí que se había cortado en los primeros días de la guerra.