DEBATES EN EL CONGRESO
Felipe González refuerza el "no" a la guerra del PSOE
Por Cristóbal Cabezas
2 min
España20-02-2003
González ha manifestado que comparte «al 120 por ciento» la posición fijada por Zapatero, que acostumbra a recabar su opinión especialmente en cuestiones de política internacional. El ex presidente del Gobierno «desmontó» las críticas a la intervención de Zapatero, aunque, paradójicamente, otros que teóricamente son próximos al Gobierno, elogiaron al líder de la oposición.
Así, frente a quienes se declararon sorprendidos de que Zapatero hubiera puesto en duda que Sadam disponga de armas de destrucción masiva, González afirmó que el dictador iraquí, aunque sea «repugnante» su régimen, «ya no representa una amenaza para nadie» porque, según dijo, nadie puede creer que esté en condiciones de, por ejemplo, invadir a uno de los países vecinos, al contrario de lo que hizo en 1990 con Kuwait. La división de opiniones sobre la intervención de Zapatero se centró en la forma en que respondió a la principal baza con que acudió al debate el presidente del Gobierno: la resolución pactada por la Unión Europea. La manera difusa en que se pronunció desde la tribuna sobre este acuerdo y la posterior abstención de su grupo en la votación de la resolución presentada por el PP, con un texto que era reproducción de aquel acuerdo, es el centro de las críticas por entender algunos dirigentes que facilitó la acusación de que se ha situado «fuera de la Unión Europea». «La maniobra del Gobierno era previsible y se tenía que haber preparado una respuesta más sólida y consistente», en opinión de algunos socialistas, especialmente miembros de la «vieja guardia», que atribuyen el «error» más al equipo de Zapatero que al propio líder, del que se limitan a decir que «no tuvo su día más brillante» frente a un Aznar que «en su estilo cínico, hizo uno sus mejores debates. Zapatero, sin embargo, opina que, dijera lo que dijera, le habrían acusado de situarse al margen de la Unión Europea, y que ésa es una acusación que «nadie se cree». Y, sobre el fondo, cree que se trataba de una «resolución trampa» porque, de haberla apoyado, el Gobierno la habría utilizado para votar a favor de la guerra en el Consejo de Seguridad de la ONU.