VIAJE DE BUSH A EUROPA
Los países de la OTAN se muestran receptivos frente al escudo antimisiles estadounidense
Por Mariella Golia2 min
Internacional16-06-2001
El presidente estadounidense, George W. Bush, defendió el pasado miércoles, ante el Consejo de la OTAN, el despliegue del escudo antimisiles (NMD) "como parte de un nuevo marco estratégico para hacer frente a las amenazas cambiantes de nuestro mundo". Afirmó, además, que la Alianza debe reforzarse, modernizarse y prepararse para las "nuevas amenazas".
En un intento por convencer a los 19 jefes de Estado y de Gobierno de los países de la OTAN, Bush argumentó que la proliferación de armas de destrucción masiva y los misiles de largo alcance convierten en vulnerables a Estados Unidos y a los países aliados de las amenazas de los países considerados rebeldes, Corea del Norte, Libia e Irak. Los jefes de Gobierno de la Alianza acudieron a la Cumbre con un cierto escepticismo. Temen que el escudo pueda provocar una carrera armamentística y consiguientes tensiones internacionales. El proyecto supondría la violación del vigente Tratado Antibalístico (ABM) suscrito en 1972 por Richard Nixon y Leónid Breznev. Este tratado, por el que Estados Unidos y la Unión Soviética se comprometían a no desarrollar sistemas contra los misiles de largo alcance, garantizó el equilibrio mundial durante la Guerra Fría. Bush, que comenzó en Madrid su gira europea, recibió el apoyo del presidente del Gobierno, José María Aznar, primer líder europeo en defender el escudo antimisiles. Aunque los aliados asumen que es necesario "un nuevo esquema de seguridad", Francia mostró su escepticismo al considerar que el escudo incita a la proliferación de armamentos y el canciller alemán, Gerhard Schröder, puntualizó que "aún quedan cuestiones que necesitan ser clarificadas". Los jefes de Gobierno de la Alianza defendieron, además, la necesidad de preservar la convivencia étnica en Macedonia y confían en que se pueda llegar a un acuerdo político que permita a las autoridades garantizar los derechos de la población albanesa. El secretario general de la OTAN, George Robertson, anunció un nuevo proceso de ampliación en el año 2002. La posible incorporación de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) que formaron parte de la desaparecida URSS ha inquietado a Rusia. Los socios atlánticos afirmaron que la ampliación hacia el Este no pretende un aislamiento de Rusia, país al que europeos y estadounidenses ven ya como amigo.