PREMIO NOBEL DE LA PAZ
Satyarthi, un desconocido activista contra la esclavitud infantil
Por Selene Pisabarro3 min
Sociedad12-12-2014
El Premio Nobel de la Paz de este año es, además de entrañable, símbolico. Lo han recibido dos personas que sus países están enfrentados, India y Pakistán. Malala y Kailash Satyarthi encarnan el ejemplo de lucha a favor de la educación infantil y en contra de la esclavitud. Satyarthi, a través de su organización, ha conseguido hasta ahora liberar a casi 80.000 niños que estaban forzados a trabajar en fábricas.
Kailash Satyarthi era un, hasta ahora, desconocido activista indio de 60 años. Es el compañero de Malala en la nueva aventura de ser el Nobel de la Paz de 2014 y el presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, que denuncia la situación de semiesclavitud de miles de niños en las fábricas de la India. Esta organización surgió en 1998 cuando reunió a más de 7 millones de personas en una marcha civil. Aunque empezó a estudiar ingeniería eléctrica, con 26 años lo abandonó para dedicarse a los asuntos a los que hoy en día se entrega. En la India hay 50 millones de niños que trabajan. Su misión desde siempre ha sido acabar con el trabajo infantil y, por tanto, con la esclavitud. Hasta ahora, ha conseguido que 80.000 niños abandonen las precarias condiciones en las que viven por culpa del trabajo forzado. Además de su indudable ayuda humanitaria, la Academia Sueca ha valorado favorablemente que sea indio de religión hindú. No es casualidad, puesto que la joven Malala es paquistaní y musulmana, lo que supone que sea un símbolo de reconciliación entre sus países. Se tratan de dos polos opuestos, ya que la India y Pakistán tienen desavenencias y se han enfrentado en varias guerras desde que ambos Estados se independizaron en 1947. Para conseguir su objetivo y el de la organización, lleva a cabo tres fases. La primera es controlar y hacer redadas en las fábricas y talleres donde se usa mano de obra infantil, después intenta conseguir a los niños una vida mejor y les infunda los valores del activismo para que luchen a favor de sus derechos. La tercera fase es externa, ya que trata de concienciar a los consumidores de que no adquieran productos trabajados por niños. Una señal de que se cumple el proceso correcto es que, por ejemplo, las alfombras tejidas en la India llevan la etiqueta “Rugmark”. En 1995, creó Goodweave, una marca de alfombras que no están realizadas a base de trabajo infantil. Su principal referente, según ha indicado en numerosas ocasiones, es Gandhi, al que sigue en su camino a través de manifestaciones y protestas pacíficas, que son ya un símbolo en su modo de trabajo a favor de la educación y contra el extremismo. En el 2007 sufrió varios intentos de asesinato por parte de sus detractores de la industria textil y del circo. Satyarthi demostró durante su discurso el profundo cariño que tiene hacia Malala, a quien llama “mi hija”. Exactamente declaró que “un padre indio ha encontrado a su hija paquistaní”. Recalcó durante su discurso que se puede combatir la pobreza infantil si se disminuye el gasto militar a nivel mundial porque, de esta forma, todos los niños podrían acudir a la escuela. También criticó la pasividad del mundo que ve cómo se violan estos derechos fundamentales y, sin embargo, no hace nada para combatirlo. Sin embargo, este no es el primer galardón que ha recibido el activista por su labor. Entre los reconocimientos que figuran en su estantería están el Premio Internacional de Derechos Humanos Robert F. Kennedy, Premio Libertad (EE UU), el Galardón Internacional Alfonso Comin (España) o el Premio Internacional de Derechos Humanos Fredric Ebert (Alemania), entre otros.