Latinoamérica
Las ausencias marcan la XXIV Cumbre Iberoamericana
Por David Sánchez Torrico3 min
España09-12-2014
A pesar de los intentos de México y España por relanzar esta comunidad, nacida en Guadalajara (México) en el año 1991, la no presencia de importantes personalidades está marcando la XXIV Cumbre Iberoamericana. La considerable división de América Latina ha provocado ausencias como las de las presidentas de Brasil y Argentina, Dilma Rousseff y Cristina Fernández, o la conocida a última hora de Raúl Castro, presidente de Cuba. El agotamiento del crecimiento económico, basado en el alto precio de las materias primas, puede ser uno de los motivos de estas ausencias.
La vigésimo cuarta edición de la Cumbre Iberoamericana, que pasará a ser bienal, ha transferido cierto protagonismo a los foros de la sociedad civil, como el encuentro empresarial, en el que han participado más de 200 compañías, o el Foro de la Comunicación, en el que han debatido los nuevos retos de la economía digital los máximos responsables de los principales grupos del mundo en español, como Univisión, Televisa o PRISA. Enrique Peña Nieto, presidente mexicano, defendió este pasado lunes la vigencia de la comunidad en un artículo en el que afirmó que "a 23 años de su creación, la Cumbre Iberoamericana sigue vigente y los propósitos compartidos que llevaron a su creación persisten". En la jornada de este martes, el Rey Felipe VI, en su primera Cumbre Iberoamericana, comenzó sus actividades con un desayuno de trabajo, en el que estuvieron presentes Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español y los presidentes de algunos países centroamericanos, como Costa Rica, República Dominicana o Panamá. A su conclusión, Don Felipe se dirigió hacia el World Trade Center para asistir a la reunión privada que mantendrán los Jefes de Estado y de Gobierno. El Rey mantuvo una reunión bilateral con el Presidente de la República del Paraguay, Horacio Cartes, en los instantes previos a la segunda sesión plenaria de la Cumbre, que tratará sobre "Innovación", y supondrá el fin de la XXIV Cumbre Iberoamericana. Tras ello, Felipe se trasladará al Fuerte de San Juan de Ulúa, donde realizará una visita cultural, para después emprender el viaje de regreso España. Este pasado lunes, en la primera sesión de la Cumbre Iberoamericana que se desarrolla en Veracruz (México), el Rey se ha referido a los 22 países que forman esta agrupación como “una familia en la que conviven sensibilidades diferentes, en la que no siempre coinciden en los mismos objetivos concretos y específicos, por motivos diversos”. Felipe VI, el primero en tomar la palabra por gentileza de Enrique Peña Nieto, presidente de México, afirmó que "aunque no todos pertenecen a la misma área geopolítica, esta diversidad no tiene por qué ser negativa, si con visión e inteligencia, con realismo y pragmatismo, se saca el mejor partido a las afinidades, especialmente en campos como el de la educación y la cultura". Según Don Felipe, “únicamente así el sistema iberoamericano podrá servir plenamente a cada uno de sus miembros, al conjunto de los países que lo integran y al resto de la comunidad internacional”. La cumbre, que culminará la reforma de este foro y aprobará medidas para facilitar la movilidad académica y otras enfocadas a los jóvenes, está dedicada a la educación, la cultura y la innovación. Esta cita tiene un fuerte componente simbólico para México, ya que este país albergó la reunión de mandatarios que en 1991 lanzó en Guadalajara la Conferencia Iberoamericana, el único foro que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de las dos orillas del Atlántico. El principal asunto que se abordó en la primera jornada fue el de la educación. Se trataron los retos que tiene delante la región en materia educativa, y coincidieron en que el progreso es una quimera si no se produce una apuesta decidida por una educación de calidad, en un contexto de inclusión social.