Estados Unidos
Un informe demuestra que la CIA torturó a presuntos terroristas
Por Marina Cortazar5 min
Internacional09-12-2014
Tras la difusión de un informe sobre torturas de la CIA, Estados Unidos se ha visto obligado a activar las alertas y a reforzar la seguridad. En el documento se explica cómo algunos de los métodos llevados a cabo por la CIA en su lucha contra el terrorismo fueron más allá de las técnicas oficialmente autorizadas. En consecuencia, algunas voces republicanas han advertido de que es posible que se genere violencia y muertes en el extranjero.
Debido a la divulgación de un informe en el que se detalla las prácticas llevadas a cabo por la CIA a sospechosos de terrorismo durante la década pasada, el Departamento de Estados Unidos y el Pentágono no han tenido más remedio que revisar la seguridad en sus instalaciones de todo el mundo ante el temor a una posible reacción por tal documento. El Comité de Inteligencia del Senado publicará el informe sobre el interrogatorio a sospechosos y miembros de Al Qaeda retenidos en diferentes instalaciones secretas de Europa y Asia en los ocho años siguientes a los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos. Según algunas fuentes que han podido tener acceso al documento, en el informe se describe cómo un importante miembro de Al Qaeda, Abdel Rahman al Nashiri, fue amenazado por los interrogadores con un taladro eléctrico. Rahman al Nashiri era sospechoso de haber planificado el ataque bomba al barco USS Cole en 2000. Asimismo, otra aspecto que describe el documento es cómo al menos uno de los detenidos fue sexualmente amenazado con un palo de escoba. Los métodos de interrogatorio descritos en el informe para obligar a los detenidos a dar información sobre posibles complots o células terroristas, fueron más allá de las técnicas autorizadas por la Casa Blanca, así como por la propia CIA y abogados del Departamento de Justicia que trabajaban en la Administración Bush. Sin embargo, este informe, que se ha tardado varios años en poder elaborarlo, describe la historia de “Redención, detención e interrogatorio” de la CIA, todo ello autorizado por el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, tras los atentados del 11 de septiembre contra las torres gemelas de Nueva York. El informe desclasificado, en el que se ha trabajado desde el año 2009, cuenta con el apoyo en su difusión del Gobierno de Barack Obama, tal y como ha asegurado el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. "La Administración lleva meses preparándose para la publicación de este informe. Hay algunas indicaciones de que la divulgación del informe podría llevar a un mayor riesgo para las instalaciones e individuos estadounidenses en todo el mundo. Por eso, la Administración ha dado los pasos prudentes para asegurarse de que se implementan las precauciones adecuadas de seguridad en las instalaciones estadounidenses en todo el mundo", afirmó Josh Earnest en una conferencia. Así pues, de acuerdo con lo explicado por el portavoz del Departamento de Defensa, el coronel del Ejército Steve Warren, en un comunicado citado por la revista “The Hill”, el Pentágono emitió una orden a los comandantes militares de todo el mundo para que estuvieran en alerta especial ante la publicación del documento, “ciertamente hay una posibilidad de que la publicación de este informe pueda provocar agitación y, por tanto, el Estado Mayor Conjunto ha ordenado a los comandantes combatientes que tomen las medidas adecuadas de protección de las fuerzas”. Por otro lado, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, el republicano Mike Rogers, advirtió que la publicación de este documento del comité del Senado podrá causar violencia y muerte en el extranjero. Asimismo, se ha sabido a través del informe que las técnicas llevadas a cabo por la agencia contra las personas detenidas por una vinculación con Al Qaeda eran bastante más severas de lo que se creía en un primer momento y que, además, las torturas sirvieron de poco para sacar información valiosa de los detenidos, así como de prevenir muertes en atentados terroristas. También se ha conocido que la CIA dio información falsa a la Casa Blanca y al Congreso sobre el alcance y los resultados del programa de detención e interrogación. Durante los cuatro años que se ha tardado en elaborar el informe, se investigaron más de seis millones de cables, memorandos, así como otros documentos oficiales. Para poder realizar con éxito la investigación, se necesitó la creación de nuevos protocolos e instalaciones especiales, al igual que un acuerdo de colaboración entre la CIA y el comité. La razón por la que se ha tardado tanto tiempo en publicar el documento ha sido la disputa entre el comité del Senado y la CIA, ya que no se ponían de acuerdo sobre qué detalles debían ocultarse o matizarse. Sin embargo, de todo el informe, que tiene más de 6.000 páginas, sólo se desclasificará un resumen de 500. El ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró en una entrevista que “estos son patriotas, y diga lo que diga el informe, si disminuye sus contribuciones a nuestro país, estará fuera de lugar”, apoyando así a la que era la cúpula de la CIA durante su etapa en la Casa Blanca. Todavía no se sabe si las Técnicas de Interrogatorio Reforzadas sirvieron para capturar a Bin Laden, pero lo que sí que se sabe es que algunas de las prácticas empleadas por la CIA consistían en la privación del sueño, la manipulación de la dieta, la desnudez forzada, golpear el abdomen o abofetear la cara para producir desconcierto, amenazas sexuales, encierro con insectos, waterboarding o walling. Estas prácticas, considerándose alguna de ellas torturas, no han llevado a nadie ante la Justicia, ya que no se prevé revelar la identidad de los torturadores. Tanto es así, que el comité no ha tenido oportunidad de entrevistarse con ninguno de ellos. Influye también, que cuando Obama llegó a la Casa Blanca decidió pasar página, no sin antes acabar con el polémico programa secreto de detención e interrogación de la CIA. Según Obama, se cruzó una raya cuando se interrogó a estos sospechosos, sin embargo, pidió tener en cuenta el miedo generalizado en Estados Unidos tras los ataques a las torres gemelas para “no juzgar con demasiada dureza a quienes hicieron cosas que estaban mal”.