CRISIS ARGENTINA
El conflicto entre Argentina y los tenedores de deuda dura más de una década
Por Selene Pisabarro
2 min
Internacional01-08-2014
Argentina está viviendo uno de sus momentos más bajos de los últimos años, casi similar al que vivió en 2001 cuando se sumió en una profunda crisis. Sin embargo, pese a que Standard & Poors ha calificado la situación como "suspensión de pagos selectiva", el gobierno afirma que sí que quiere y puede pagar a los acreedores.
El conflicto entre Argentina y los tenedores de deuda comenzó en 2001, cuando el país se vio inmerso en una de las crisis económicas más severas, lo que propició la suspensión de pagos. Muchos acreedores invirtieron en deuda pública sin dejar claro cuáles eran los intereses pero les propone una reducción del 75 por ciento sobre el valor nominal. Argentina propone a los acreedores reabrir el canje para los fondos que no se adherieron a las reestructuraciones de su deuda en 2005 y 2010, pero en abril del año pasado, la parte demandante rechazan tal oferta. El gobierno Argentino decide recurrir la sentencia de Griesa a la Corte Suprema estadounidense que, una vez más, falla a favor de los acreedores. La justicia estadounidense falló a favor del uno por ciento los acreedores de los fondos buitre que no invirtieron su dinero para pagar la deuda argentina de 2005 y 2010. Junto con los intereses, la cantidad asciende a 1.500 millones de dólares. El juez Thomas Griesa obliga a Argentina a pagar el total de la deuda que adquirieron antes del cese de pagos de 2001y no como pretendía el país, la cantidad con una quita. En su momento, Griesa estableció que, antes de pagar, establecía una cláusula que establece que Argentina debe saldar su deuda con los acreedores de los fondos especulativos antes que con los acreedores con quitas. A pesar de no pagar, Argentina afirma que sí quiere pero que el juez no se lo permite al tener el capital bloqueado en el Bank of New York Mellon. Al mismo tiempo, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner anuncia que seguirá pagando la deuda. También podrá seguir pagando a otros organismos como la española Repsol o el Club de París –al que pagó 650 millones de dólares esta semana-. Una de las consecuencias más directas en la que puede derivar esta situación es en el aumento de desempleos pero Cristina Fernández ha llamado a todos los argentinos para que consuman más para así poder terminar con la época de turbulencias que se aproxima y mantener los empleos. Las inversiones de capital extranjero, un fuerte componente para el país, también se verán afectadas puesto que este momento que viven los argentinos disminuye la credibilidad de los inversores. Esto significa que tendrá que recurrir a otros fondos, como los del gobierno chino, que ayuda con un reciente acuerdo para las reservas de 11.000 millones de dólares. Respecto a la Bolsa, muchos países han visto cómo se desplomaba. En el caso de Fránkfurt, perdía un 1’87 por ciento, París un 1’48 y Londres un 0’63. El Ibex 35 cayó un 2’1 por ciento este jueves. Sin embargo, otros no se ven afectados por el momento que vive Argentina. Por ejemplo, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró esta semana que aunque Argentina haya entrado en la situación de suspensión de pagos no significa mucho para el mercado internacional puesto que hace tiempo que no está dentro -refiriéndose a la suspensión de pagos de Buenos Aires en 2001. También afirmó que el FMI no intervendrá puesto que no se ha solicitado su criterio.