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SIN CONCESIONES

No más Manzano

Fotografía
Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión07-07-2002

El PP corre peligro en Madrid. Sus dirigentes quieren que el Ayuntamiento de la capital siga en sus manos y sea la base de su victoria en las elecciones generales de 2004, pero puede ocurrir todo lo contrario. Si José María Álvarez del Manzano repite como candidato, los populares sufrirán una abultada derrota. No sólo podrían perder la mayoría absoluta, sino verse superados incluso por una malagueña cuyo único mérito político, por el momento, es ser buena amiga de José Luis Rodríguez Zapatero. Los madrileños están -estamos- cansados de la gestión propagandística de Manzano, más preocupado de salir en televisión y hacerse fotos con los ciudadanos que de solucionar realmente los problemas que afectan a la ciudad. Para eso, el alcalde tiene la suerte de contar con una excelente mujer como número dos del consistorio. Mercedes de la Merced lleva años de dedicación absoluta y en la sombra a Madrid. Ella quiere ser alcaldesa, lo ha dicho alto y claro. Y lo más importante, está capacitada y preparada. Pero algunos dirigentes populares lo ponen en duda y tratan de boicotear su nombramiento. Prefieren a Esperanza Aguirre, cuyo talento quedó demostrado durante su etapa en el Ministerio de Educación y Cultura. Especialmente, cuando definió al nobel Saramago como una "gran escritora" (Sara Mago) y cuando dijo desconocer a Santiago Segura en el momento en el que triunfaba en los cines con Torrente. ¡Digno de una ministra de Cultura! Ahora, gracias a Dios y Aznar -que no es lo mismo, aunque en el PP lo crean-, está al frente del Senado, una institución de indudable prestigio y prioridad en la política nacional. Eso sí, cobra 30 millones de pesetas cada año. Tres posibles candidatos y no saben por cuál decidirse. La incertidumbre y la "cara bonita" de Trinidad Jiménez ha llevado el miedo al PP. Más de uno votaría a la socialista, antes que a Manzano o a Espe, por el mero hecho de ser rubia y conservarse tan bien a sus recién cumplidos 40 años. En el PSOE de Madrid (FSM) no la querían, pero cada vez son más conscientes de sus posibilidades. Todo lo contrario ocurre en el PP. La infravaloran por un exceso de confianza y soberbia, no sólo propia de Rodrigo Rato. Tienen un problema con fácil solución, elegir al mejor candidato o al menos malo. La opción de Rato parece descartada. Dejaría la sucesión en manos de Mayor Oreja, con el consentimiento de Aznar y su pupilo Acebes. Pero ese es otro problema a resolver en otoño de 2003. El conflicto actual se llama Madrid. Y si no se solventa con inteligencia puede desembocar en una galerna. El mar ya no está tranquilo en Génova 13. La gaviota corre peligro.