RELIGIÓN
El Papa Francisco concluye su visita a Tierra Santa
Por Fernando García3 min
Sociedad26-05-2014
La visita del Papa Francisco a Israel nos ha dejado numerosas imágenes y frases para el recuerdo. El viaje del Pontífice había despertado las suspicacias entre árabes y judíos, por el posible posicionamiento a favor de unos u otros, y no ha estado exenta de polémica. Sin embargo, el Papa Francisco se ha mostrado conciliador, ha alentado con mensajes de paz la búsqueda de la solución al conflicto árabe-israelí, ha condenado el genocidio e invitó a los lideres de ambas naciones a dialogar en el Vaticano en busca de una solución dialogada, un hecho sin precedentes.
Y es que Jorge Mario Bergoglio, o el Papa Francisco, está dispuesto a dinamitar las estructuras de la inmóvil Iglesia Católica. En un discurso pronunciado en la Explanada de las Mezquitas, el máximo dirigente de la fe cristiana ha pedido que no se utilice el nombre de Dios para justificar la violencia nunca más. Entre los muchos momentos que el viaje a Tierra Santa del Pontífice nos ha dejado, dos destacan por su simbología. En el primero, Francisco ha sido el primer Papa en depositar flores y rezar frente a la tumba del fundador del sionismo y padre de la idea del Estado de Israel, Theodor Herzl, junto al presidente Simón Peres. El líder del cristianismo ha visitado el museo Yad Vashem, dedicado a las victimas del holocausto judío por los nazis, donde ha recordado que ningún genocidio debe volver a repetirse. Además, ha roto una vez más el protocolo, al besar las manos de seis supervivientes, inclinándose ante ellos y ha pronunciado unas palabras que no dejan lugar a dobles interpretaciones: “Nunca más”. Todo lo que ha conllevado esta visita al sepelio del fundador del sionismo no ha agradado a las autoridades palestinas. Pero en la línea del actual líder cristiano, un segundo gesto imprevisto ha sido aplaudido por los árabes y criticado por Israel. El domingo, el Papa Francisco rezó con la cabeza apoyada cerca de una pintada reivindicativa palestina pidiendo libertad, saltándose el protocolo establecido. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, tuvo que salir al paso explicándole al Pontífice que la construcción del muro de separación había salvado muchas vidas. Aun así, estas explicaciones no evitaron que el Papa declarase que “el terrorismo es un mal en el origen, porque viene del odio, y en los resultados, porque no construye sino destruye. Querría que todo el mundo entendiera que el terrorismo es fundamentalmente criminal. Yo rezo por estas víctimas y por todas las víctimas del terrorismo del mundo. Por favor, no más terrorismo. El terrorismo es un camino sin fin”. Y es que el mensaje del Sumo Pontífice ha sido unificador, sin posicionarse a favor de ninguna parte. Francisco ha ensalzado a los líderes que más han colaborado a que prosiga el diálogo, como Abdalá II, Mahmud Abbas y Simón Peres. Además, el Papa ha simbolizado junto a su amigo, el rabino argentino Abraham Skorka, y el musulmán Omar Abboud uno de los momentos más representativos al fundirse en un abrazo tras unos minutos de oración frente al muro de las Lamentaciones. El Papa Francisco ha hecho un llamamiento a la paz entre los pueblos que comparten una historia común: “Queridos amigos, desde este lugar santo lanzo un vehemente llamamiento a todas las personas y comunidades que se reconocen en Abraham: respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas. Aprendamos a comprender el dolor del otro. Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia. Trabajemos juntos por la justicia y por la paz”. Por último, el Pontífice ha instado a visitar el Vaticano a los presidentes palestinos e israelí en un intento de reanudar el diálogo.