Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

UCRANIA

El magnate Poroshenko, nuevo presidente de Ucrania

Por Sergio CastillaTiempo de lectura3 min
Internacional26-05-2014

Más de la mitad de los ucranianos que votaron este domingo han apostado por la vuelta a la tranquilidad. El magnate Petró Poroshenko resultó claro vencedor de las elecciones de este domingo con un 54,1 por ciento de los votos, según informó la Comisión Electoral Central (CEC) ucraniana. La amplia diferencia respecto a la candidatura de Yulia Timoshenko, la segunda más votada con un 13,15 por ciento, supone que ni siquiera habrá segunda vuelta. Estos datos corresponden al cómputo del 41,49 por ciento de las actas electorales.

A Poroshenko y Timoshenko les han seguido el Partido Radical de Ucrania de Oleg Liashko (8,53 por ciento), el exministro de Defensa Anatoli Gritsenko (5,48 por ciento) y el ex viceprimer ministro Serguéi Tigipko (5,09 por ciento). Los dos partidos ultranacionalistas Svoboda (Libertad) y Pravy Sektor (Sector de Derechas), con gran protagonismo durante las revueltas del pasado mes de febrero, apenas han cosechado los votos de un 1,17 y 0,67 del electorado, respectivamente. La participación nacional ha superado las expectativas y ha alcanzado el 40,44 por ciento, según la CEC. "La participación de los electores es suficientemente alta. Es mucho más elevada de lo que esperábamos", ha declarado su vicepresidente, Zhanna Usenko-Chórnaya. En cambio, en las regiones rebeldes del este, Donestk y Lugansk, las elecciones han podido celebrarse en menos de la mitad de las circunscripciones. El nuevo jefe de Estado ha afirmado que su principal objetivo será acabar con la guerra y el caos en los que se encuentran sumidos los territorios controlados por las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Además, ha dicho que desea reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, para buscar una salida a la crisis ucraniana. Además, ha defendido su apuesta por el futuro ingreso en la Unión Europea y ha manifestado su oposición a la federalización de Ucrania, como exigen el este rusohablante y el Kremlin, asegurando que el país debe seguir siendo "un Estado unitario". Timoshenko ha aceptado su derrota pero ha insistido en solicitar la convocatoria de un referéndum sobre el ingreso en la OTAN, declarando que harán "todo lo posible para ayudar a construir una Ucrania fuerte y europea y celebrar finalmente un referéndum sobre el ingreso en la OTAN". Así mismo, ha destacado que han sido unas elecciones "justas y limpias" a pesar de las circunstancias de "agresión militar" por parte de Rusia, lo que considera "una gran victoria para Ucrania y el pueblo ucraniano". La votación, en la que estaban llamados a votar más de 33 millones de personas, ha estado marcada por el boicot insurgente en las regiones prorrusas de Lugansk y Donetsk, donde viven más de 5 millones de electores. Según los datos preliminares, en ambos territorios separatistas las elecciones se celebraron en menos de la mitad de las circunscripciones, por lo que más de tres millones de personas no habrían podido ejercer su derecho al voto. En las capitales regionales de Donetsk y Lugansk, donde viven más de un millón y medio de personas, ni siquiera se llegó a abrir un solo colegio electoral. La situación de tensión que se sigue viviendo en el este del país se ha saldado con un muerto y un herido en un tiroteo que se produjo en un colegio electoral de la localidad de Novoaydar, en la rebelde región de Lugansk. Un portavoz de la autoproclamada república popular de Lugansk aseguró, por su parte, que soldados ucranianos dispararon a dos miembros de una comisión electoral local que se habían negado a abrir un colegio electoral. Cabe recordar que estos comicios han tenido lugar como consecuencia de las revueltas de carácter europeísta que comenzaron en Kiev en noviembre de 2013, conocidas como el 'Euromaidán', las cuales desencadenaron la caída del gobierno de Víktor Yanukóvich en febrero de 2014. La situación de inestabilidad se agravó con la reacción del este rusohablante del país, donde Crimea se anexionó a la Federación Rusa en marzo y, desde entonces, otras regiones pretenden seguir los mismos pasos.