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La Conferencia Episcopal condena al terrorismo y a quienes lo toleran

Por Mª Jesús TorresTiempo de lectura2 min
España25-06-2002

Los últimos atentados de ETA en la Costa del Sol, en Zaragoza y Santander llevaron al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y a sus obispos auxiliares a expresar su "condena tajante y sin paliativos del terrorismo de ETA". Lo hacían en la misma línea que lo había manifestado una semana antes la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, que Rouco Varela preside.

En el comunicado del arzobispo de Madrid, hecho público el pasado domingo, exhortaba a los fieles a renovar, con la Comisión Permanente del Episcopado, "el compromiso de la Iglesia en la eliminación del terrorismo desde el ámbito de su misión específica". El texto del Arzobispado de Madrid hacía un repaso a los últimos atentados de la banda con motivo de la Cumbre de Sevilla. La condena incluía a todos aquellos que directa o indirectamente "lo toleran, lo justifican o le dan cobertura". Y reiteraba el apoyo de la Iglesia a las víctimas del terrorismo, "alentando en esta tarea a las instituciones políticas y sociales". Una semana antes se reunía la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, presidida por el arzobispo de Madrid, para iniciar la reflexión del Plan Pastoral de los próximos tres años. El comunicado de Rouco Varela extraía de las conclusiones de esta reunión muchas de las ideas que después firmaba junto con sus obispos auxiliares. La Comisión Permanente anunció tras la reunión que propiciará una reflexión entre teólogos e intelectuales católicos sobre el terrorismo. De ahí saldrá un documento que aliente a los católicos "a trabajar sinceramente según sus posibilidades para eliminar esta lacra social y consolidar la convivencia en la libertad y respeto a los derechos humanos". Los criterios que deben orientar su elaboración son la condena del terrorismo de ETA, así como de todos los que lo toleran y le dan cobertura; el apoyo a las víctimas del terrorismo; el compromiso de la Iglesia en la eliminación del terrorismo; y el estudio en profundidad de los orígenes, causas y consecuencias del terrorismo. No se hacía ninguna referencia a la pastoral de los obispos vascos que dio origen a toda esta sucesión de comunicados por parte de la Conferencia Episcopal y del Gobierno. La Comisión Permanente sólo invitaba a todos "a renovar el amor a la Iglesia" ante los acontecimientos e informaciones que han podido afectar "a la confianza de los fieles católicos en la Iglesia y sus pastores". De esta manera se intentaba disipar toda duda sobre la posición de la Conferencia Episcopal respecto del terrorismo de ETA.