MÚSICA
Fallecen Carlos Berlanga, músico de la ‘movida’, y Carmelo Bernaola
Por Rodrigo Caicedo3 min
Espectáculos05-06-2002
Esta semana fue de luto para la música española. En apenas dos días fallecieron dos importantes músicos de distintas épocas. Carlos Berlanga fue una persona básica en la movida como parte de grupos como Alaska y Dinarama y Los Pegamoides. Carmelo Bernaola era miembro de la llamada generación del 51 y era conocido del gran público como compositor de músicas como la de Verano azul.
Carmelo Bernaola fallecía a los 72 años de edad en Madrid a causa de un cáncer. El compositor nació en Ochandiano (Vizcaya) el 16 de julio de 1929. Figura fundamental de la música contemporánea española, Carmelo pertenecía a la llamada generación del 51 junto a Cristóbal Halffter, Luis de Pablo y Tomás Marco. El amor a su oficio y la solidez de su formación fueron algunas de las causas por las que el maestro vasco pudiera afrontar campos tan diferentes dentro la música. Compuso desde el himno del Athletic de Bilbao -del que era hincha- a la banda sonora de la famosísima serie Verano azul, pasando por muchísimas composiciones para el cine, el Ballet Nacional, la radio o el teatro. Tampoco se puede olvidar su numerosísima obra de música de cámara, sinfónica o vocal. En la otra cara estaba Carlos Berlanga, quien fallecía en Madrid a las 42 años de edad en el Hospital de Monteprincipe y que fue enterrado en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Hijo del cineasta Luis García Berlanga, fue también muy polifacético, pero sin duda destacó por ser miembro de la movida madrileña de los 80, movimiento atrevido, liberal y feliz de Madrid que anunció que los dramas debían ir por dentro. Se juntó a Alaska, Nacho Canut, Eduardo Benavente y Ana Curra y formó uno de los grupos que más triunfaron en esa época, Alaska y los Pegamoides, también compuso canciones que bailaron y gozaron todos los jóvenes que se identificaban con este movimiento, como bailando o A quién le importa. Hizo, quizás, el primer punk del país con el grupo Kaka de Luxe y triunfó con Alaska y Dinarama, que al principio sólo fue Dinarama. También colaboró con su padre componiendo la música de la serie de televisión Villarriba y Villabajo. Carlos siempre rechazó la facilona descripción de dandi y tampoco llevaba ropa sucia si podía evitarlo, aunque le llamaran el dandi con lamparones, pero la imagen de hombre moderno le acompañó siempre. Él no se sentía cómodo en las actuaciones en directo, se lamentaba de que el nerviosismo le hacía dispararse en movimientos compulsivos a lo David Byrne. El Pegamoide, que luego se separó y probó fortuna con unos cuantos discos en solitario, decía del pop que no son más que "canciones bonitas que a la gente se le queden, que las tarareen cuando salen por ahí con las novias o los novios. El pop es también una forma de vestir, etcétera. Lo que pasa es que ha sido sustituido por la cultura del club y allí no hay canciones de referencia". Carmelo, por su parte, fue uno de los introductores de la vanguardia y la modernidad en la música española. Junto a la generación del 51 innovó y probó nuevos estilos, nuevos sonidos, buscó en definitiva nuevos caminos para la música del siglo XX. Compuso hasta 300 obras entre sinfonías, rondos, cantatas y música para el cine o televisión. Con un gran currículo de premios, el último que recibió fue el premio de la Fundación Guerrero. Pero su tendencia era ir por libre y nunca fue ajeno a la música popular, que cultivaba y sabía fijar en la memoria de las generaciones.