ORIENTE PRÓXIMO
El Ejército de Israel emprende nuevas incursiones en territorios palestinos
Por Vicente García Gandía1 min
Internacional09-06-2002
Hasta en Jerusalén pudieron oírse las explosiones de la última incursión israelí en Ramala. El Ejército del primer ministro de Israel, Ariel Sharon, entró una vez más en la madrugada del miércoles pasado en la ciudad que alberga la sede general de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Carros de combate, vehículos blindados y unidades de elite de Israel asediaron durante unas horas el cuartel general del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat. Mientras las excavadoras empotraban los coches de los alrededores en la entrada de la residencia de Arafat, los cazas y helicópteros de combate de Sharon sobrevolaban a baja altura toda la zona. Además, un grupo de ingenieros voló con cargas de explosivos algunos complejos de oficinas cercanos. El resultado de la operación: Un oficial de los Servicios de Inteligencia palestinos muerto y varios guardias presidenciales heridos. En la calle, una escombrera que a algunos les recordó Yenín. Según el ministro de Defensa de Israel, Benjamín Ben Eliezer, todo esto era en respuesta al atentado del día anterior en el cruce de Megido, en el que murieron 17 personas y cerca de una cuarentena resultaron heridas de consideración, y también para darle a entender a Arafat que se le consideraba responsable de estas acciones. El líder palestino declaraba entonces indignado que invitaba al mundo "a que venga a ver este racismo y este fascismo de Israel". "Por casualidad se me ocurrió subir a trabajar un rato" y esto es lo que le pudo salvar del impacto de un proyectil de obús contra el cuarto de baño que hay a metro y medio de su propia cama. A pesar de todo, desde Israel se insistió en que no habían pretendido matarlo en ningún momento. Eso sí, se trata de la segunda vez en los últimos meses que el cuartel general de la Autoridad Nacional Palestina sufre un ataque de este tipo. En la entrada de la residencia presidencial alguien colocó un cartel en el que se podía leer: "Sobreviviremos".