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Barco pesquero español: pieza de museo o chatarra para el desguace

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía02-06-2002

El barco de pesca es como un animal herido en peligro de extinción. Si la UE se obstina en continuar su exterminación sistemática, pronto el mar se quedará vacío, y la imagen de los barcos navegando se tornará en un recuerdo borroso, como el de aquellas embarcaciones mágicas que, en El Señor de los Anillos, dejaban la Tierra Media rumbo a Valinor para no volver jamás.

Al lado de un barco desmembrado en un desguace hay uno o varios pescadores sin trabajo. La nueva reforma de la UE se suma a un largo via crucis de la flota española, que comenzó con la ruptura del acuerdo de pesca con Marruecos en abril del año pasado. España fue la más afectada por la decisión europea de acabar con las compensaciones a Marruecos por faenar en sus caladeros: 400 buques y 4.300 pescadores se vieron desplazados de repente de su lugar de trabajo habitual. No todos los barcos que se ganaban la vida en aguas marroquíes pudieron recolocarse mediante acuerdos con otros países. La UE comenzó a perfilar una reforma pesquera que paliase los perjuicios causados por la falta de acuerdo con Marruecos. Entre tanto, prolongó las ayudas a los pescadores en el paro durante seis meses más. Finalmente, en noviembre del año pasado, el Consejo de Ministros de Pesca de la UE decidió ayudar a España con unos 186 millones de euros. Con este dinero, se podrían desguazar los barcos de todos los armadores que lo desearan de forma voluntaria; para compensarles, se les entregaría una indemnización de 12.000 euros si no encontraban un trabajo al cabo de seis meses. Aparte de deshacerse del buque, había otras soluciones: reconvertir la embarcación para el turismo o la investigación, o marcharse a faenar a otros caladeros. Las negociaciones alcanzaron a países como Túnez, Argelia, Libia, Mozambique o Mauritania. Por supuesto, para un pescador sin barco sólo cabe renovarse o morir: cambiar de profesión o jubilarse de forma anticipada. El número de pescadores reciclados es cada vez mayor, mientras el número de embarcaciones desciende a medida que los buques mueren en los desguaces.