DERECHOS HUMANOS
La Ley islámica condena a Amina Lawal y absuelve a Safiya
Por Covadonga de la Cuesta1 min
Sociedad25-03-2002
La Sharía o Ley islámica no ha pronunciado su última y más cruel palabra en el caso de Safiya Husaini. El tribunal islámico del estado nigeriano de Sokoto exculpó a esta mujer de los cargos de adulterio. Sin embargo, otra mujer ha sido condenada a muerte por un caso similar. Amina Lawal es la nueva víctima.
Aunque Safiya Husaini ya puede respirar tranquila, ahora es Amina Lawal la que contiene la respiración. La condena es la misma: morir lapidada. Aunque la decisión se emitió con anterioridad, la noticia se ha hecho pública tras el indulto a Safiya. El ímpetu de esta mujer nigeriana de 35 años, con cinco hijos, y el hecho de que recurriera la decisión del tribunal del Estado de Sokoto, la han salvado la vida. Safiya explicó al jurado en una primera versión que se quedó embarazada tras ser violada. Tres policías lo atestiguaron, pero la Ley Islámica exige cuatro testigos. Si un hombre fuera acusado de adulterio, su palabra sería válida. Pero Safiya es una mujer. Su caso conmovió a la opinión pública y a varias organizaciones humanitarias que alzaron su voz para pedir el indulto y de este modo presionar a las autoridades islámicas. El presidente del jurado, Mohammed Tambari-Uthman, ha resuelto el caso apelando a que se produjeron fallos procesales. Al conocer la sentencia, Safiya se ha mostrado jubilosa y ha alzado los brazos hacia el cielo. Su abogado, compartiendo su misma alegría, ha aseverado estar muy satisfecho: “Estoy contento por los jueces, por los Derechos Humanos y por la comunidad internacional". Amina Lawal, al igual que Safiya, ha sido acusada de infidelidad por tener un hijo estando divorciada. La pena impuesta, de llevarse a la práctica, sería la lapidación. Amina sería enterrada hasta las axilas y sería apedreada hasta morir. Varias organizaciones como Amnistía Internacional (AI) han pedido que prosiga la presión mundial para que esta ley quede abolida por atentar contra los derechos humanos y la dignidad de la persona. Se habían depositado muchas esperanzas, especialmente después de que Kanu Agabi, ministro de Justicia de Nigeria, tachara a la Sharía de “ilegal” y recomendara su no aplicación.