ISRAEL
Netanyahu, elegido para formar el próximo gobierno israelí
Por LaSemana.es1 min
Internacional21-02-2009
Benjamin Netanyahu, líder y candidato del partido Likud en las elecciones legislativas celebradas en Israel semanas atrás, recibió el encargo de formar el nuevo gobierno israelí. El presidente del país, Simon Peres, tomó esta decisión después de analizar los resultados electorales y de entrevistarse con Tzipi Livni –la candidata más votada en los comicios, del partido Kadima– y con el propio Netanyahu.
Benjamin Netanyahu acaba de iniciar una carrera contrarreloj. El veterano político del Likud –formación de derechas– tiene seis semanas para encontrar los apoyos suficientes que le permitan formar el próximo gobierno de Israel. No lo será fácil dada la complejidad política israelí y teniendo en cuenta los resultados de los comicios celebrados a mediados de febrero. El partido de centro Kadima, encabezado por Tzipi Livni, logró 28 escaños, uno más que el Likud y 15 más que el Partido Laborista de Ehud Barak. Si estas tres formaciones se pusieran de acuerdo tendrían una amplia y estable mayoría en un Parlamento de 120 escaños. Sin embargo, no parece una tarea sencilla debido a que Livni –hasta la fecha ministra de Exteriores en el saliente Ejecutivo de Ehud Olmert– ha sido la más votada y, por tanto, sería lógico que ella encabezara el nuevo gabinete y, también, debido al descalabro electoral del Partido Laborista, que ha cosechado unos de sus peores resultados. Éstos podrían deberse, según los analistas, a que Barak ya formaba parte del Gobierno de Olmert y a que muchos votantes creen se han difuminado los principios laboristas, por lo que es necesario una renovación. Aun así, no debe descartarse un acuerdo entre estos tres partidos, especialmente si se ven las opciones que quedan. Estas opciones se centran en que el Likud alcance un acuerdo, principalmente, con los numerosos partidos de extrema derecha, que han sido los más beneficiados por las elecciones. A pesar de ello, la atomización de esta tendencia política hace necesario alcanzar alianzas con muchos grupos, algo que produce gran riesgo de inestabilidad institucional. Un aspecto que para Israel, dada su posición geopolítica, resulta más peligroso y genera más incertidumbre.