VENEZUELA
La derrota de Chávez en el referéndum, manipulada por los medios
Por Luis Miguel L. Farraces
3 min
Internacional09-12-2007
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, recibió un jarro de agua fría sobre sus ambiciones de reformar la Constitución del país la pasada semana. La última apuesta política de Chávez para perpetuarse en el poder se topó con una derrota en el referéndum por menos de 200.000 votos de diferencia. Sin embargo, pese a la campaña mediática en su contra, el presidente venezolano no se encuentra ni mucho menos políticamente derrotado.
“Los venezolanos dicen no a Chávez”, “Magia rota”, “Chávez ya no puede hacer en Venezuela lo que le plazca”, “Venezuela contra Chávez”, “Venezuela dice no a que Chávez sea su dictador perpetuo”. Los titulares de noticias y editoriales de los principales diarios españoles hablaban la pasada semana de lo que parecía un nuevo orden político en una Venezuela que jamás había visto una derrota de su mesiánico presidente desde su llegada al poder en 1998. Sin embargo, pocas de las cabeceras se molestaron en ofrecer un análisis hondo de las razones del fracaso de Chávez en las urnas. Movidos por la ola antichavista en España desde la pasada Cumbre Hispanoamericana, vender a un Chávez acabado resultaba mucho más rentable. Pese a todo, si se observan los números de la votación con detenimiento todo indica a ser cuanto menos cautelosos con afirmaciones tan tajantes como las que pudieron escucharse la pasada semana. El Sí perdió el referéndum por un resultado de 48,94 por ciento de votos (4.335.136 papeletas) a 50,70 por ciento por parte del No (4.540.354). Si a lo raquítica de la victoria opositora se le suma que el 44 por ciento del electorado decidió quedarse en casa, cabe cuestionarse si la euforia de los disidentes está justificada. Más aún cuando se analiza el proceder de los venezolanos que no acudieron a votar. Mientras que la opción del no recibió prácticamente el mismo número de votos que el candidato opositor, Manuel Rosales, en las elecciones de 2006, el número de votos del Sí fue menor que los sufragios pro-Chávez de las presidenciales en 3.000.000 de papeletas. Tales datos inducen a pensar que el número de chavistas que cambiaron de bando la pasada semana para votar en contra de su presidente fue muy pequeño. Razones de la abstención Chávez, cuya imbatibilidad en las urnas parecía que iba a ser eterna, ya avisó a sus seguidores de los peligros de confiar en otra fácil victoria y les exhortó a acudir mayoritariamente al referéndum. El exceso de confianza, así como el déficit de explicaciones de Chávez a su electorado de en qué consistía la reforma que iban a votar y la campaña internacional en contra del líder bolivariano pudieron ser algunas de las razones del alto grado de abstención. Lo que parece claro, es que si el referéndum constitucional hubiese versado acerca de la continuidad de Chávez, la historia hubiese sido muy distinta. En un país tan posicionado ideológicamente como Venezuela resulta complicado creer en milagros como que casi un tercio de los habitantes cambie de bando en cuestión de meses. Cuentra atrás para los opositores La oposición venezolana, sabedora de que si sabe manipular los números y esconder la abstención puede ofrecer una imagen de fortaleza inédita desde hace ocho años, se apresuró “a tender la mano” a los chavistas. Los líderes opositores saben que deben apresurarse a intentar entrar en la vida política del país antes de que Chávez, tal y como ya ha anunciado, vuelva a convocar otra consulta popular para sancionar las mismas reformas que salieron derrotadas la pasada semana. La razón de las prisas opositoras es simple, el eco de la prensa internacional acerca de un Chávez acabado sí que podría convertir el próximo referéndum en una consulta acerca de la continuidad del presidente venezolano. La imagen de su líder derrotado y su gesto de reconocer el fiasco reformista serán suficientes para que el líder bolivariano saque de casa a los que decidieron no votar en el referéndum.