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TERRORISMO

“Fernando ha esperado a que detuvieran a sus asesinos para morir”

Por Ángel PradaTiempo de lectura2 min
España07-12-2007

El pasado miércoles 5 falleció el segundo Guardia Civil tiroteado por ETA en la localidad francesa de Capbreton. Fernando Trapero había permanecido en coma cerebral desde el momento del atentado. Sus familiares y amigos coincidieron en asegurar que el joven “había permanecido en ese estado a la espera de que detuviesen a sus asesinos”.

Y eso se produjo el mismo miércoles cuando las Fuerzas de Seguridad francesas detuvieron en Tolouse a Asier Bengoa y Saioa Sánchez. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó que existen “pruebas de tipo biológico” que confirman que estos dos etarras detenidos por las Fuerzas de Seguridad francesas formaban parte del comando de ETA que atentó contra los dos guardias civiles españoles. Asimismo corroboró que se trataba de un comando que estaba preparado para entrar en España a “cometer atentados”. Tanto los funerales de Raúl Centeno como de Fernando Trepero, fueron presididos por los Reyes, que acompañados por los Príncipes de Asturias y visiblemente emocionados, se acercaron a los familiares y allegados del fallecido para darles el pésame. Tanto don Juan Carlos como el Príncipe Felipe hablaron este sábado telefónicamente con Rubalcaba, para expresarle su más "profunda" condena y rechazo del atentado y pedirle que trasmitiera su pésame, solidaridad y apoyo tanto a los familiares del fallecido como del herido. Junto a sus Majestades, numerosos miembros de la política quisieron dar su último adiós al agente asesinado. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP, Mariano Rajoy, el secretario general, Ángel Acebes, o el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, fueron algunos de los asistentes. Durante el funeral se impuso al agente fallecido la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo Rojo, así como la Medalla de Oro de la Policía Nacional. Además el jueves la Guardia Civil detuvo al presunto miembro del comando Vizcaya Gorka Lupiáñez. El arrestado, de 27 años de edad, cayó en un control montado por la Guardia Civil en Berriz (Vizcaya). Los agentes le arrestaron tras comprobar que iba armado. Lupiañez cuenta con un amplio historial, ya que ha pisado varias comisarías y se ha sentado en el banquillo de los acusados en tres ocasiones. Sin embargo, ha logrado salir airoso en esos procesos. La policía le arrestó, por primera vez, en marzo del 2002, junto a otras seis personas, acusado de perpetrar actos de violencia callejera en el verano del 2001 en Durango. Quedó en libertad 48 horas después de su arresto.