TOROS

¬Jesulín¬ se despide de los ruedos

Por Almudena Hernández1 min

Espectáculos12-10-2007

Llenó las plazas, toreó sólo para mujeres, dio vueltas al ruedo recogiendo ropa interior, cantó en el festival de Benidorm, se dejó televisar festejos hasta la saciedad, inventó el publicitario pase de la tortilla, fue excéntrico, popular y polémico, pero también, y a su manera, torero. De no ser así nunca se tendría que haber bajado los pantalones en un programa de televisión.

Aquello fue una anécdota más de su agitada vida, tan aireada y perseguida por la prensa rosa. Fue la forma que se le ocurrió a un joven Jesulín de demostrar que su toreo no tenía "truco", como le recriminó un espectador. Quizás se equivocó muchas veces, pero los toros no le perdonaban tampoco a él. El primer Jesulín, que luego tomó la alternativa de manos de José María Manzanares en Nimes en 1990, despertó ilusión entre los aficionados en su éopoca de novillero. Pero no acabó de convencer tras doctorarse y no se le perdonaron las bromas y las licencias. La plaza de Madrid le castigó con pitos la osadía de vestirse de amarillo. Jesulín tiene el mérito, que también hay que reconocer, de batir marcas. Por ejemplo, en la temporada de 1995 toreó 161 corridas, consiguiendo 279 orejas. Pero las cifras no lo fueron toro para el diestro gaditano. En 1999, en medio de la Feria de Sevilla, Jesulín decide retirarse de los ruedos. Un año más tarde decidió regresar, pero en 2001, un accidente de tráfico le obliga a marcharse a casa en el mes de septiembre. Recuperado, anuncia su retorno en una multitudinaria rueda de prensa en 2002, aunque reconoce que no está al cien por cien, por lo que la cantidad de paseíllos no será a partir de entonces un objetivo para él. Antes de comenzar la campaña de 2007, el torero ya deseaba apartarse de la actividad en los ruedos. Atrás quedan 17 años de alternativa, récords y festejos retransmitidos por televisión. No todo fue malo. De su mano llegó la ilusión a los tendidos en los lugares más recónditos.